La cruda confesión se produjo en torno a las seis de la mañana, después de que el presunto homicida infligiera varios cortes, en diferentes partes del cuerpo, al anciano con quien compartía habitación, D.R., un octogenario nacido en la localidad.

 

El arma, según fuentes conocedoras del caso, fue un punzón de los que se utilizan, por ejemplo, para agujerear correas de cuero.
La víctima no pudo zafarse porque estaba sujeta a la cama para que no se cayera, según la misma versión de los hechos, que no se ha podido contrastar con la de la residencia porque «la madre no quiere que salga nada», indicó una empleada. Se han limitado a comentar «que los ancianos se llevaban bien».

 

En cualquier caso, la Conselleria de Bienestar Social ya ha anunciado la apertura de una investigación administrativa y ha informado que el centro tenía autorización para funcionar desde 2003.

 

Esta investigación es paralela a la judicial, que está en manos del Juzgado número 2 de Sueca. Hoy está previsto que se realice la autopsia en el Instituto de Medicina Legal y que J.M.C., que fue arrestado por la Guardia Civil, declare ante el juez.     

 

Otros dos fallecidos a bastonazos   

 

Hace cuatro años, una pelea entre dos ancianos en otra residencia religiosa de la ciudad de Valencia terminó igual que la de Sueca: con la muerte de uno y la detención del otro. Los hechos ocurrieron en noviembre de 2001, en un centro para la tercera edad gestionado por la orden de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Al parecer, el supuesto homicida golpeó varias veces con su bastón al otro residente. Más recientemente, en abril, otro hombre de 86 años falleció en Jaén después de que un compañero de la residencia de mayores donde vivían lo golpeara con un bastón de madera.