Venus O'Hara: "Me canso de decir a los hombres: más suave, por favor, más suave"

  • La autora de 'Inglés para pervertidos' narra su vida sexual en 'La máscara de Venus'.
  • "Muchas mujeres siguen sin saber qué es un orgasmo", afirma esta bloguera.
  • "Si tuviera una hija, le regalaría un vibrador a los 13 años", asegura.
La sexbloguera Venus O'Hara
La sexbloguera Venus O'Hara
JORGE PARÍS
La sexbloguera Venus O'Hara

Acaba de publicar parte de sus memorias sexuales en La máscara de Venus (Planeta) la bloguera y autora de Inglés para pervertidos Venus O'Hara. Inglesa afincada en España desde hace más de diez años reclama mayor conocimiento del cuerpo por parte de la mujer y el derecho a retratar su desnudo como objeto artístico, tal y como hace en su fotoblog (bautizado con su nombre) de fetichismo.

Tan directa como en su recién publicado diario (aunque con forma de novela) huye de los eufemismos durante toda la entrevista y no parece que use, como en el título de su libro, muchas máscaras.

¿Cuál es la máscara que cree usted llevamos la mayoría de mujeres?

La máscara del trabajo y la de la familia.

¿Y en cuestión de sexo?

Las mujeres tenemos aún demasiados tabúes en el sexo, sobre todo en la masturbación femenina y los orgasmos.

¿En serio cree que aún se arrastra esto?

Sí, muchos orgasmos son fingidos. Incluso hay mujeres que no distinguen el orgasmo.

Pero...

Cuando hablo con algunas mujeres me dicen: ¿vibradores?, pero si tengo novio... Las mujeres que saben lo que es un orgasmo no dicen esto.

¿Algún consejo para 'avanzar'?

La clave es empezar a conocer el cuerpo. Muchas no lo conocen y por eso no saben comunicarlo, no saben decir: tócame así o asá. El gran problema son los preliminares. Es un problema universal. Me canso de decir a los hombres: más suave, más suave.

Algunos dicen que las mujeres también somos bruscas, Houllebecq, por ejemplo, en su novela Las partículas elementales...

Sí, pero nosotras podemos pensar y hacer al mismo tiempo. Si nos dicen así no, que es muy fuerte, nosotras nos enteramos; ellos, no. Muchas veces les digo más suave y me canso porque no se enteran. Los preliminares no funcionan, y son la parte más importante.

¿No será que ellos no los necesitan?

Sí, es cuestión de tiempos, y el sexo para ellos es: beso más caricia más sexo oral opcional más meterla, y es siempre en ese orden y hay que salir de ese orden.

¿Cuál sería el orden?

Salir de ese, olvidarse de la penetración, una noche con sexo oral.

No sé si les va a convencer a muchos su propuesta...

Les interesa sobre todo cuando son mayores, porque hay un momento que ya no pueden. A partir de los 30 ya no es como cuando tienen 20, que en una noche te lo hacían cinco veces.  A partir de ahí, hacia abajo y el chip cambia.

¿Por eso hay quien los prefiere mayores?

Ellos entienden mejor los preliminares, y eso es buenísimo.

¿Lo primero que les diría a los hombres?

El coito no es sólo embestir. Es muy interesante cuando ellos se dejan de mover y la mujer es la que mueve los músculos; no entiendo por qué las mujeres no se corren así.

¿Impone usted a los hombres?

Sí, menos mal que soy probadora de juguetes eróticos, porque si no, mi vida sería muy triste. Si quieres mejorar tu vida sexual, no seas escritora de sexo. Es lo peor que puedes hacer para la vida sexual.

¿Qué esperan que haga?

No lo sé, sólo sé que les intimido. También tengo muchas seguidoras mujeres, unas que me admiran y otras que les gusto.

¿Y que se metan con usted?

No, muy pocas veces y en Twitter. Alguna vez, que he escrito algo provocador. El año pasado, por ejemplo, escribí Guía de la buena esposa. Creo que todas las mujeres feministas de España me odian desde eso, pero no importa. Fue un malentendido. Había una escuela de esposas en Inglaterra, lo conté, y luego dije que eso no garantizaba evitar infidelidades ni nada. Yo no sabía lo de la Guía de la esposa del 53, y muchas mujeres creyeron que lo apoyaba.

¿No le reprochan sus fotos desnuda en el blog de fetichismo en el sentido de que puede usted alimentar el concepto de mujer objeto?

Pasa mucho, pero mis fotos no me las hago como objeto sexual sino como objeto artístico. Soy mi propio objeto de arte. Hice Bellas Artes. No quiero provocar a los tíos ni mucho menos. Aprecio mucho más el comentario de una mujer que el de un hombre, porque el de ellos es mucho más fácil de conseguir. Algunas me ven como exhibicionista...

¿No lo somos?

Sí, y es muy sano serlo. Estoy harta, como muchas mujeres, de la perfección, la cirugía, el Photoshop. Yo estoy mostrando todo tal cual es. Y es positivo para las mujeres. No me gusta esa idea del feminismo de ver malo lo sexy.  Es un error ver a la mujer sexy como algo malo. ¿Soy una mujer objeto si salgo desnuda?, eso es mentira. Queremos igualdad en el desnudo.

¿En qué más?

En masturbarse y correrse igual que un hombre. Es muy importante tener un vibrador desde muy joven. Si tuviera una hija, con 13 años le daría un vibrador. Los hombres ya están con once años...

Bueno, y las niñas, ¿no?

¿Pero cuántas llegan hasta el orgasmo a esa edad? No tengo tan claro. Sigue siendo un gran misterio para muchas. Y yo creo que a los hombres les encantaría hacer que se corriera la mujer, no creo que el hombre pase. Soy bisexual y descubrí a mujeres lesbianas fingir orgasmos. Me sorprendí mucho, se supone que una lesbiana conoce mucho mejor su cuerpo.

¿Lo más sorprendente que le han contado en su confesionario No sabes con quien duermes?

Una mayoría tiene doble vida y me choca siendo inglesa. Es muy mediterránea la tolerancia de la infidelidad. En Inglaterra eso es un escándalo, aquí no. Yo flipo con esto. Como aquí la familia es tan importante prefieren mantener esas vidas falsas. En Inglaterra no somos tan familiares pero igual somos más honestos.

¿Cree que el deseo tiene, como tantas veces se afirma, fecha de caducidad?

Depende, cada persona desea cosas diferentes. Yo prefiero tener una cómplice sexual que un marido.

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