Rekalde tapa las vías y se integra en Bilbao tras trece años de obras

Culmina la prolongación del avenida del Ferrocaril, en Amézola, entre Gordoniz e Irala. Un parque y un bulevar dan la vida al barrio, que ahora espera a que se cubra la línea de las mercancías.
La vista aérea refleja el estado de la nueva zona, completamente urbanizada con un parque y un bulevar.
La vista aérea refleja el estado de la nueva zona, completamente urbanizada con un parque y un bulevar.
La vista aérea refleja el estado de la nueva zona, completamente urbanizada con un parque y un bulevar.
Amézola ha pasado de ser una barriada ahogada por las vías de Renfe y FEVE a convertirse en un espacioso enlace para Rekalde, que vivía aislado por la enorme trinchera ferroviaria. Un gran parque y un bulevar de 31.000 m2, tanto como seis campos de fútbol, enlazan ahora Rekalde con el resto de Bilbao entre la rotonda de Gordoniz e Irala.

Es la continuación de la Avenida del Ferrocarril que llega hasta San Mamés. Desde que se iniciaran los trabajos en 1994, Bilbao Ría 2000, la sociedad interinstitucional que apadrina la transformación de la ciudad, ha invertido 13 años de obras y más de 80 millones de euros.

El resultado es de «un espacio urbano para el bienestar de los vecinos y que hace de Rekalde un barrio permeable», dijo ayer el alcalde, Iñaki Azkuna, en el acto que dio por acabadas las obras.

La transformación no pasa desapercibida. «Antes era imposible vivir aquí; ahora es una gozada», decían ayer los vecinos que acudieron a la inauguración de las obras. Sólo hace faltar echar un vistazo a las inmobiliarias. En pocos años, el precio de los pisos se ha triplicado.

Pero todavía falta por abrir el parking subterráneo, de 550 plazas, y una escalera mecánica entre Amézola e Irala (al final de Avenida del Ferrocarril). Aunque no se ha aprobado, también existe un proyecto para conectar esa zona, por medio de un túnel subterráneo, con Miribilla, lo que permitiría salir y entrar en la ciudad con más rapidez.

Un poco más en el interior de Rekalde también será necesario cubrir otra brecha, la de la línea de mercancías de FEVE. Entre Rekalde y Basurto, las obras están en marcha desde hace año y medio. Entre Rekalde e Irala, el proyecto está en camino.

El «tapón» de las industrias

Con la nueva área de Amézola, Rekalde dispone de varios escapes a través de las calles Batalla de Padura, Antonio Trueba o Andrés Isasi. Pero entre esas calles, todavía se levantan viejas industrias, «un tapón», en palabras del alcalde Azkuna, que «pronto se arreglará». Son los posos del pasado industrial que, en aquellos años, también era barrera contra el ruido del tren.

Amézola en cifras

3 años de trabajos ha durado la última fase de soterramiento de las vías, entre Gordoniz e Irala. Se comenzó en 2004.

63 árboles se han plantado en el bulevar. Además, se han instalado 42 jardineras y 36 bancos. Todo para el ocio y el esparcimiento de los vecinos del barrio.

550 aparcamientos tiene el parking subterráneo de residentes. La entrada estará por Avenida del Ferrocarril.

19,4 millones de euros. Es el precio de esta última fase. En total, 80 millones.

2.700 metros de vía se están tapando, al mismo tiempo, entre Rekalde y Basurto.

31.000 metros cuadrados ocupa el nuevo espacio. Es tanto como cinco o seis campos de fútbol.

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