Miembros de la Junta Directiva de la Organización Nacional de Discapacitados de España (ONDE) acusados de realizar sorteos sin autorización trasladaron a los vendedores de los cupones premiados en 2004 y a los agraciados en el sorteo su compromiso, verbal y por escrito, de efectuar el pago del premio, pero les precisaron que, para ello, tenía que "haber rendimiento".

Así lo ha señalado uno de los vendedores de la ONDE en Toledo, que además vendió dos boletos a su madre y esposa, y que ha declarado este lunes, junto a otros testigos, en el juicio que se sigue contra esta organización, con sede en Cantabria y delegaciones en varias provincias, en el Juzgado de lo Penal número 2 de Santander.

En la sesión, que proseguirá este miércoles, día 21, también han comparecido, por medio de videoconferencia, varios de los afortunados en el sorteo, algunos de los cuales ha cobrado parte del premio —cada cupón estaba dotado con 7.000 euros— mediante cheques que les entregaron en mano, mientras que el resto se lo abonaron en pagarés "sin fondos". Otros, sin embargo, todavía no han recibido "ni un duro". Por su parte, los vendedores han coincidido en que no tenían contrato de trabajo ni estaban dados de alta en la Seguridad Social.

Además, el delegado de la ONDE en Ciudad Real ha explicado que tras el sorteo, desde la dirección cántabra le remitieron a un empresario de la región, que era "el que tenía que poner el dinero" para pagar los premios, pero tras hablar "una vez" con él, "no me cogió el teléfono más veces", ha expresado. También le indicaron que tenía que llamar a un hombre de Gran Canaria y, después de contactar, "no volví a saber nada más de él".

En total, ocho miembros de la ONDE y de una empresa asociada (ZAURAC) están acusados de realizar sin autorización administrativa y denegación expresa un sorteo diario de cupones y boletos, resultando varios de ellos premiados hace diez años. La Fiscalía les imputa un delito de contrabando de géneros estancados o prohibidos y una falta de continuada de estafa, y pide para cada uno de ellos dos años y medio de cárcel y multa de 89.000 euros.

En su declaración ante el juez, los acusados manifestaron que creían que la actividad de la ONDE era "alegal", no "ilegal". También reconocieron problemas económicos en el seno de la organización, de ahí la creación de ZAURAC, para dar cobertura legal y apoyar económicamente a la institución, según apuntaron.

Compromiso de pago que no se llevó a cabo

El delegado de la ONDE en Ciudad Real ha explicado en su declaración ante el juez que cada semana recibía a través de una empresa de mensajería los cupones desde Cantabria, cupones que repartía entre una veintena de personas con discapacidad que se encargaban de venderlos por la provincia, quedándose con un porcentaje de la recaudación.

A raíz de un sorteo celebrado en 2004 y en el que resultaron premiados varios cupones, se puso en contacto con miembros de la directiva, a algunos de los cuales conocía personalmente, para que "mandaran el dinero".

Pero el delegado ha comentado que había "un follón" con una organización canaria con la que se iba a fusionar la entidad cántabra, y mientras tanto "no mandaban el dinero". A este respecto, ha detallado que dos de los directivos, "los que movían los hilos", le remitieron a un empresario de Cantabria, que era el que tenía que "poner el dinero" para abonar el premio, pero -ha proseguido-, tras hablar una vez con él, no le volvió a coger el teléfono.

Posteriormente, y según ha añadido, le dijeron que contactara con otro hombre de Gran Canaria, pero tras localizarle tampoco volvió a "saber nada más de él".

Compromiso verbal y escrito

Desde la Junta de la organización remitieron cartas a los vendedores asegurando que "se iba a pagar", compromiso que "no" se llevó a cabo, ya que solo se abonó parte de las cuantías premiadas, según este testigo.

Un extremo que ha corroborado uno de los agraciados, que compró dos cupones, por lo que obtuvo un premio de 14.000 euros. De dicha cuantía, cobró en un principio 6.000 euros a través de un cheque, que representantes de la organización le entregaron personalmente en su casa. También le dieron dos pagarés de 4.000 euros cada uno que no pudo cobrar, ya que carecían de fondos.

Otra afortunada ha indicado que logró también cobrar 3.000 euros de un cupón, en tanto que los 4.000 restantes se los abonaron a través de un pagaré igualmente sin fondos.

Estos pagos se hacían "en persona, de casa en casa", y en los mismos participan directivos y representantes de la ONDE, según ha confirmado un vendedor de Toledo, que, sin embargo, tuvo menos suerte que los anteriores.

Tenía que haber rendimiento

Y es que el hombre ofreció dos cupones a su madre y a su mujer (ya fallecida) que resultaron premiados pero, en su caso, "no hubo pagarés ni nada". A raíz del impago, se puso en contacto con miembros de la organización, uno de los cuales fue a verle a la capital castellanomanchega y, "en un bar, tomando una cerveza" le dijo que "tenía que haber rendimiento" para poder pagar el premio. Así, al ver que "no había seriedad", el hombre dejó de colaborar con la organización cántabra.

Tampoco cobraron "nada" dos mujeres agraciadas con sendos boletos premiados en Ciudad Real, y un hombre de esta provincia, que no ha visto "ni un duro", pese a que le habían remitido una carta en la que le manifestaban el compromiso de efectuar el pago. Así, denunciaron los hechos ante la Guardia Civil, al igual que hicieron otros afectados de otras provincias que o no percibieron el premio o solo cobraron parte.

Mientras, los vendedores que colaboraban con la organización han coincidido en que no tenían contrato ni estaban dados de alta en la Seguridad Social. Alguno ha indicado que la Guardia Civil le llegó a intervenir cupones -extremo que ha corroborado un sargento que también ha declarado en el juicio- y otros han señalado que tras el sorteo e impago de los premios, dejaron de vender boletos.