Erdogan sigue perdiendo apoyo popular y los familiares de los mineros intentan agredirle

  • La tragedia en la mina de Turquía en la que hay al menos 282 muertos ha desatado la furia contra Erdogan, que cada vez tiene menos apoyo popular.
  • Los familiares de los obreros fallecidos se abalanzaron sobre el primer ministro cuando visitó la localidad y tuvo que refugiarse y salir de incógnito.
  • El giro autoritario de Erdogan, con medidas como el bloqueo a Twitter, han desencadenado protestas como la última huelga general este jueves.
Fotografía facilitada por la oficina de prensa del primer ministro turco que muestra al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan (i), durante su visita a Soma.
Fotografía facilitada por la oficina de prensa del primer ministro turco que muestra al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan (i), durante su visita a Soma.
Kayhan Ozer / EFE
Fotografía facilitada por la oficina de prensa del primer ministro turco que muestra al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan (i), durante su visita a Soma.

El peor desastre minero en la historia de Turquía, con al menos 282 muertos y cuya cifra a todas luces se incrementará, ha ahondado la división de la sociedad turca con una sucesión de manifestaciones por todo el país e incluso intentos de agresión contra el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, que se ha visto de nuevo cuestionado por esta nueva polémica.

Los familiares de los obreros fallecidos en la mina de carbón de Soma, donde el martes se declaró un incendio, se abalanzaron sobre el primer ministro cuando visitó la ciudad. Erdogan tuvo que refugiarse en un supermercado, mientras que su entorno quitó la matrícula oficial a su coche para evitar que se convirtiera en blanco de la muchedumbre.

La rabia apenas contenida de los mineros se contagió a decenas de ciudades en el resto del país y se registraron choques policiales tanto en la capital, Ankara, como en Estambul y Esmirna. Nuevamente el primer ministro turco se encuentra con el rechazo popular, que le ha acompañado en los últimos tiempos, en los que parece haber perdido buena parte del apoyo de los ciudadanos.

De hecho, durante los incidentes en la ciudad minera, un ciudadano acusó al primer ministro de haber reaccionado a la presión popular abofeteándole y varios diarios turcos publican un vídeo en el que supuestamente se puede ver a Erdogan agrediendo a un ciudadano. "Acabé cara a cara con el primer ministro. Mientras sus guardaespaldas estaban empujando a la gente, él se enfadaba con la muchedumbre y no podía controlarse; desafortunadamente acabó dándome una bofetada", relató un hombre, identificado como Taner Kuruca.

Huelga General

"No es un accidente, es un asesinato", fue una de las consignas coreadas durante las marchas convocadas por varios sindicatos, junto a una huelga general, en protesta por las políticas de privatización y subcontratación y que han mostrado la furia de los ciudadanos por las condiciones laborales y la situación general del país.

"La huelga fue un éxito: en todas las ciudades, nuestros afiliados se vistieron de negro, observaron un minuto de silencio para conmemorar a los obreros muertos y luego marcharon hacia la delegación de Trabajo de su municipio", resumió en conversación Mehmet Soganci, presidente del Colegio de Ingenieros y Arquitectos (TMMOB), una de las cinco entidades convocantes.

"Sólo en Esmirna, la policía intervino con dureza y dispersó a la marcha con gases lacrimógenos, una acción que dejó varios heridos, entre ellos el presidente de la Confederación de Sindicatos Obreros Revolucionarios (DISK), Kani Beko", detalló Soganci. También en el sector de la enseñanza, la huelga tuvo un importante seguimiento, al ser convocada por KESK, un importante sindicato de funcionarios.

La unión sindical Türk-Is, la mayor del país, también había convocado un paro, así como tres minutos de silencio diarios durante la próxima semana, para protestar contra lo que define como "un crimen laboral". Türk-Is, habitualmente más comedida con el gobierno que otros sindicatos, criticó duramente la expansión de las subcontratas que, según muchos expertos, han hecho estragos en el sector minero, al acabar con toda supervisión efectiva.

"No sólo las minas se han privatizado, sino también la supervisión. Todos trabajan con subcontratas y el control público es cero. Hace unos cuantos años, con una tecnología mucho más rudimentaria, pero con las minas gestionadas por el Estado, ocurrían menos accidentes", denunció también Soganci.

Comentarios incendiarios y responsabilidad

En la gestión de esta crisis Edorgan se ha mostrado poco conciliador, comparando el suceso con accidentes mineros de hace dos siglos y permitiendo una dura actuación de la policía en la dispersión de las manifestaciones.

El primer ministro prometió una "investigación legal para clarificar las circunstancias" de lo ocurrido, pero se negó a adjudicar responsabilidades y describió el accidente minero como fortuito, comparándolo con las desgracias ocurridas en el pasado.

"Deberían ustedes saber cómo funciona la minería. En 1862 murieron 262 personas en una mina de carbón de Inglaterra, en 1866 fueron 361, en 1894, otros 290... En China murieron 1.549 en 1942, en Japón, 458 en 1963, en India, 372 en 1975. Este tipo de accidentes ocurre todo el rato", relató Erdogan.

Los sindicatos, en cambio, creen que la causa de la tragedia es clara: las políticas de privatización y subcontratación, impulsadas por el gobierno del AKP desde su llegada al poder en 2002. Cemalettin Sagtekin, miembro del Colegio oficial de Ingenieros y Arquitectos (TMMOB) denunció en la cadena CNNTürk las condiciones laborales de los mineros, que reciben salarios de apenas 1.200-1.500 liras turcas mensuales, equivalentes a 400-500 euros.

"La causa de las muertes es la ambición descontrolada de los patronos. Los ingenieros que deben hacer los controles regulares reciben su salario de la misma empresa", acusó Sagtekin. "Esto no es un accidente. Es un crimen", dijo a la prensa Tayfun Görgün, presidente del sindicato minero Dev-Maden Sen.

Inseguridad laboral

Turquía tiene la peor tasa de seguridad laboral de Europa, con una media de tres obreros muertos al día, y los accidentes mineros son un problema crónico. Un estudio de la Universidad de Kirikkale muestra que el sector minero es el más peligroso del país, por delante del metalúrgico y la construcción. Como media, al año mueren 80 obreros en accidentes mineros en Turquía, según el mismo estudio, lo que equivale a uno de cada mil trabajadores.

Según un estudio de TMMOB, realizado en las minas de Zonguldak, entre 2000 y 2008, las minas privadas tienen una tasa de mortalidad seis veces más alta que las que son de gestión pública. Por cada millón de toneladas de carbón extraído, en Turquía mueren 6,5 obreros, una cifra seis veces mayor que la de China, treinta veces mayor que la habitual en la India y Sudáfrica, y 200 veces por encima de la de Estados Unidos. Es en cambio comparable a la tasa de Norteamérica e Inglaterra alrededor del año 1900.

Un primer ministro polémico

Recep Tayyip Erdogan, primer ministro de Turquía y presidente del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), nació el 26 de febrero de 1954 en la provincia turca de Rize, en el norte del país, y en 1967 se trasladó con su familia a Estambul. Está casado y tiene dos hijas.

El 20 de septiembre de 2002, el Consejo Supremo Electoral decidió no admitir como candidato a diputado en los comicios de ese año, pese a declararse islamista moderado y manifestarse a favor de la entrada en el Unión Europea (UE) y partidario de un sistema similar al de Bélgica para resolver el problema de Chipre.

En plena campaña electoral, el 23 de octubre, la Fiscalía General del Estado solicitó la ilegalización de su partido. Finalmente logró la mayoría absoluta en las elecciones legislativas del 3 de noviembre de 2002, con el 35,1 % de los votos y 354 de los 550 escaños del Parlamento, lo que dio lugar al primer gobierno de un partido islamista desde que en 1923 Mustafa Kemal Ataturk fundara las bases de la moderna Turquía.

Fue reelegido para el cargo en los comicios del 22 de julio de 2007, en los que su partido logró 340 escaños. Durante este segundo mandato incrementó la presión militar contra los kurdos del PKK en la frontera con Irak. Otro de los frentes abiertos es el ingreso de su país en la UE, proceso que está abierto desde 2005 pero que no avanza a buen ritmo por las reticencias de algunos socios comunitarios.

El 22 de febrero de 2010, un joven kurdo le arrojó un zapato en protesta contra la represión sobre el pueblo kurdo a la salida del Ayuntamiento de Sevilla, donde acudió para recibir el premio 2009 de la Fundación Sevilla NODO Entre Culturas.

El 19 de diciembre de 2013, la oposición solicitó su dimisión como primer ministro, por la supuesta implicación de personas cercanas a su partido en un gran caso de corrupción, en el que han sido detenidas 84 personas, según informó el diario "Hürriyet". Entre los detenidos figuran tres hijos de ministros de los ministros de Economía, Interior, y Medio Ambiente y Urbanismo, respectivamente. Los tres ministros concernidos presentaron su dimisión el 25 de diciembre.

En los últimos tiempos el carácter autoritario de Erdogan ha ido creciendo y en marzo de este año llegó a prometer que acabaría y de hecho, prohibió, el uso en su país de Twitter, afirmando que no le importaba lo que la comunidad internacional dijera al respecto. Aquello provocó un gran malestar social, mofas de los usuarios de la red social e incluso una denuncia de la Unión de Colegios de Abogados de Turquía, por considerar el bloqueo "contrario a derecho".

Poco antes, en España también fue objeto de polémica la visita del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, a Turquía, porque se acusó a Erdogan de utilizarla como propaganda a su favor. Rajoy participó en la inauguración de una nueva línea de metro en Ankara (en cuya construcción había colaborado una empresa española), un acto que adquirió un marcado tono electoral por parte del primer ministro turco, a poco más de un mes de las elecciones municipales en su país.

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