Ponerlo en marcha

El producto. La empresa es el producto. "Si ésta funciona bien se puede franquiciar, aunque se ha de demostrar que tiene éxito. El empresario que tiene la empresa conoce su negocio mejor que nadie y tiene una experiencia valiosísima a la hora de extenderla como una franquicia. Las ideas no se pueden franquiciar, sólo los productos", asegura Barbadillo.

Diseño. Una de las partes más importantes es la de diseñar la franquicia. Poner un canon de entrada o no, cuantificar los royalties o simplemente estructurar los derechos y obligaciones de los que se convertirán en franquiciados son los puntos clave para crear una red.

Apoyo. Crear una franquicia no termina cuando el empresario define lo que quiere. Transmitir y formar en el saber hacer del negocio –más conocido como Know how– es una de sus responsabilidades. El dueño de la franquicia debe asistir en todo momento al franquiciado, transmitiéndole su fórmula del éxito. Se debe tener una buena documentación sobre el producto para que pueda llegar a todos los puntos de la red.

Expansión. La expansión es fundamental, pero hay que saber crecer. "Se puede morir de éxito, pero también perder la oportunidad de negocio por ser demasiado cauteloso", explica Santiago. Una fórmula de negocio como ésta da resultados para el franquiciador a medio plazo y hay que tener paciencia y cuidar día a día el producto.

Querer triunfar. Transformar un negocio en franquicia para ganar dinero rápido es una mala manera de hacer negocios. Si el empresario abandona el producto a su suerte tras haber tenido un éxito relativo, seguramente en poco tiempo se pierda todo lo logrado. Las franquicias, como todo negocio, deben estar proyectadas para ser duraderas. Más información: www.bya.es.

Lo que no se debe hacer

Transformar en cadena un negocio que va mal como medida para intentar remontar el vuelo es uno de los errores más graves, porque el negocio no funcionará nunca. Tampoco se deben imponer cláusulas económicas elevadas para ganar dinero rápido porque la franquicia perderá potenciales empresarios interesados. Aunque el dueño del producto sabe cómo funciona su negocio, los expertos saben cómo transformarlo en franquicia. No dejarse asesorar puede llevarnos al fracaso.