Mesa y mantel, por San Isidro: casquería, encurtidos y más

  • Resurge la pasión por la casquería: oreja a la plancha y las olvidadas gallinejas.
  • No pueden faltar los encurtidos: berenjenas, banderillas, pepinillos o escabeches.
  • Para endulzar, las rosquillas del Santo: las listas y las tontas.
Un puesto de las tradicionales rosquillas en la pradera de Madrid con motivo de la celebración de la festividad de San Isidro, patrón de la capital.
Un puesto de las tradicionales rosquillas en la pradera de Madrid con motivo de la celebración de la festividad de San Isidro, patrón de la capital.
JORGE PARÍS
Un puesto de las tradicionales rosquillas en la pradera de Madrid con motivo de la celebración de la festividad de San Isidro, patrón de la capital.

La festividad de San Isidro es cada año una oportunidad ideal para disfrutar de la gastronomía madrileña. La tradición gastronómica de Madrid es mucho más que su cocido. Callos, gallinejas, patatas bravas, calamares a la romana, las rosquillas del santo… y mucho más.

La base del cocido madrileño está en los garbanzos que cuecen en una olla, a fuego lento, junto con diferentes carnes de cerdo, ternera y pollo. Se degusta en tres platos: primero la sopa; después los garbanzos acompañados de patata, zanahoria y repollo; y por último, chorizo, morcilla y las carnes, de vacuno, pollo o gallina y cerdo.

La fiesta de San Isidro tiene su lugar emblemático en La Pradera. La zona está repleta de chiringuitos en los que se puede comer pinchos de tortilla, gambas a la gabardina o patatas bravas.

No pueden faltar los encurtidos, es decir, aceitunas, berenjenas, banderillas, pepinillos o escabeches. Y si hay oportunidad, los callos a la madrileña o el siempre sabroso bocadillo de calamares.

Estos días, resurge la pasión por la casquería: oreja a la plancha y las cada vez más olvidadas gallinejas. Se trata de vísceras de cordero fritas, que en otros tiempos fue un plato muy popular y hoy se recupera para festividades muy castizas como San Isidro o las fiestas de la Virgen de la Paloma.

Para endulzar, además de los barquillos, las rosquillas del Santo: las listas, recubiertas de azúcar y con un agujero, y las tontas, sin azúcar ni agujero.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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