Los Servicios de Inserción Socio-Laboral de Cáritas en Aragón han atendido en 2013 a 2.210 personas, de las que 382, con baja o muy baja cualificación, se han insertado en el mercado laboral, el 17,29 por ciento de las personas acompañadas.

Así se recoge en la Memoria de Empleo de 2013 que han presentado este miércoles el presidente de Cáritas Aragón, Carlos Sauras, y el secretario regional de esta entidad, Francisco Yagüe, y que también señala que esta organización ha contratado a través de las iniciativas de economía social a 92 personas.

El documento refleja que las personas que participan en las acciones de empleo y formación de Cáritas continúan siendo mayoritariamente mujeres, suponiendo un 65 por ciento del total, sumando 1.433, frente al 35 por ciento de hombres, con 777 varones. Esta mayoría es cada vez menos acentuada respecto a las cifras registradas en años anteriores.

En cuanto a la procedencia de los participantes, en 2013 prácticamente se han equiparado las personas españolas, suponiendo el 45 por ciento y 989, con las de origen inmigrante, el 55 por ciento y 1.221. El 78 por ciento de las personas inmigrantes son de origen extracomunitario y el 22 por ciento de origen comunitario.

Por lo que se refiere a la edad de las personas atendidas, los tramos mayoritarios son los de los grupos comprendidos entre 36 a 45 —el 34 por ciento—, seguido del tramo de entre los 25 a 35 años —29 por ciento— y después el de más de 45 años —26 por ciento—.

Cáritas ha invertido durante 2013 un total de 1.616.479,41 euros en materia de inserción socio-laboral y ha contado con la colaboración de 187 voluntarios y 67 personas contratadas.

OPORTUNIDADES

La Memoria de Empleo constata que, a pesar del aumento del desempleo y el deterioro de las oportunidades laborales, desde Cáritas se siguen ofreciendo oportunidades a cientos de personas para mejorar su futuro laboral.

En este sentido, el presidente de Cáritas Aragón, Carlos Sauras, ha precisado que "se trata de iniciativas significativas que suponen una esperanza de alcanzar un nuevo modelo económico y de convivencia donde las personas pobres y vulnerables tengan cabida y vean reconocido su derecho a trabajar".

A su entender, "impulsar la creación de trabajo digno debe constituir un compromiso firme de los gobiernos y de la sociedad entera". Cáritas ha formulado varias propuestas para reconstruir el modelo de generación de empleo "y buscar que se convierta en un objetivo macroeconómico, al mismo nivel, por ejemplo, que el control del déficit público o la estabilidad de precios".

Así, ha apostado por un crecimiento orientado hacia la mejora de la calidad de vida de las personas, "especialmente de las más vulnerables, crecimiento al mismo tiempo comprometido con la sostenibilidad medioambiental".

A partir de la constatación del trabajo productivo como bien escaso, ha urgido a su redistribución, "garantizando la calidad del empleo y una protección social adecuada", que "no puede ser entendida como la deriva actual hacia una mayor flexibilidad y precariedad laboral".

Financiación suficiente

Cáritas ha reclamado, igualmente, la garantía de unas políticas sociales eficaces con una "financiación suficiente" que haga posible un marco de convivencia cohesionado. "Es preciso, también, implicar a la sociedad, desarrollar un emprendimiento colectivo ligado al desarrollo comunitario y territorial que ponga freno, por ejemplo, a las estrategias de deslocalización en búsqueda de menores derechos laborales", ha precisado Sauras.

Asimismo, ha propuesto generar alianzas entre las organizaciones de la economía social y la economía solidaria. En materia de empleo, "quienes gobiernan y la sociedad entera deben sentirse responsables de abrir un horizonte de esperanza, en particular para los jóvenes y para los más débiles", ha apostillado.