El efecto botellón ya no es exclusivo de la zona centro de la ciudad. Ahora el mapa de la movida tiene diferentes focos que se alejan del entorno de la plaza del Humor, punto de reunión por excelencia, y llegan hasta nuevas urbanizaciones, como Los Rosales o Vioño, todavía en construcción.

En el primer caso, los vecinos aseguran que desde hace unas semanas varios grupos de jóvenes se reúnen a beber bajo unos soportales de un local vacío en la plaza Elíptica. Aunque no sólo se quedan ahí, ya que, según los residentes, también se celebran botellones junto a la recién estrenada guardería municipal, apartada de las casas. «No hacen ruido, pero sí dejan todo hecho una porquería, con botellas y papeles tirados», explican.

Lo mismo ocurre desde hace unos meses en el parque de Vioño, que será el eje central de la futura urbanización con el mismo nombre. Los vecinos de Os Mallos, barrio más próximo a esta zona, afirman que el parque, al estar tan apartado, se ha convertido en un nuevo punto de reunión.

Con Los Rosales y Vioño, ya son seis los barrios que sufren la suciedad y el ruido de las noches de botellón, aunque la peor parte se la siguen llevando en el Orzán, que concentra dos lugares a los que acuden miles de jóvenes coruñeses de jueves a domingo: la plaza del Humor y Santa Catalina.

Las quejas por los destrozos también llegan desde El Ensanche, con las fiestas nocturnas en los jardines de Méndez Núñez y la plaza de San Pablo, y también de Monelos y la Ciudad Vieja.

Dinos @ ) + ... si en tu calle o barrio se celebra algún ‘botellón’. Cuéntanoslo en...

e-mail: nosevendeacoruna@20minutos.es

Correo: Torreiro, 13, 4º-F o en www.20minutos.es

Aquí no prohíben beber en la calle

A diferencia de otras comunidades donde ponen freno a los botellones, ni en A Coruña ni en el resto de Galicia hay normas que prohíban beber en la calle. El Ayuntamiento coruñés apela a la convivencia entre vecinos y jóvenes para mediar entre las protestas que despierta el botellón cada fin de semana. En otras regiones  son menos permisivos. Es el caso de Andalucía, con una ley que contempla los botellódromos, espacios exclusivos que ya funcionan en ciudades como Málaga y Córdoba, y lo están habilitando en Sevilla.