El anciano que ha matado a su mujer gravemente enferma no tenía antecedentes de violencia

El anciano que ha matado a su mujer gravemente enferma y posteriormente se ha suicidado en su vivienda de la calle Ruaya de Valencia no tenía antecedentes de violencia, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.
Servicios funerarios se llevan los cuerpos del matrimonio
Servicios funerarios se llevan los cuerpos del matrimonio
EUROPA PRESS
Servicios funerarios se llevan los cuerpos del matrimonio

El anciano que ha matado a su mujer gravemente enferma y posteriormente se ha suicidado en su vivienda de la calle Ruaya de Valencia no tenía antecedentes de violencia, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana.

El juzgado de Violencia número 1 de la ciudad ha abierto una causa por el suceso, que ha sido descubierto este miércoles por una de las hijas del matrimonio. La mujer, que sufría una grave enfermedad en estado terminal, tenía 74 años y era ama de casa. El marido, de 78, era taxista jubilado, según han explicado vecinos de la calle.

La Policía está investigando las causas y, en principio, baraja las hipótesis de un posible caso de violencia de género y posterior suicidio o un crimen provocado por la situación por la que atravesaba la mujer.

Vecinos del matrimonio han mostrado a los periodistas su consternación por los hechos. Algunos han visto llegar efectivos de la Policía Científica sobre las 10.00 horas al edificio, en el número 18 de la calle Ruaya. Hasta allí se han desplazado también efectivos del SAMU, que únicamente han certificado la muerte de la pareja, según han informado a Europa Press fuentes del Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU).

En declaraciones a los medios, una trabajadora de una clínica podológica de la calle, que atendía a la mujer y que había vivido en el edificio donde residía la pareja, ha afirmado que el matrimonio, con dos hijas, mantenía una relación "extraordinaria". "Se querían mucho" y se les solía ver "paseando agarrados" por el barrio, ha descrito.

De igual modo, un vecino que ha afirmado que conocía al hombre desde hacía 50 años, ha señalado que era una persona "ejemplar", así como "buena gente y trabajadora". Según ha dicho, el estado de salud de la mujer era "muy delicado", ya que estaba en la fase terminal de su enfermedad, por lo que ha deducido que en una acción "acobardada uno pierde la cabeza".

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