El 'indignado' detenido en una protesta del 15M asegura que varios policías le tiraron al suelo sin que él se resistiera

La Fiscalía mantiene su petición de un año de cárcel para el acusado mientras la defensa solicita su absolución

Uno de los dos indignados detenidos el 3 de julio de 2011 durante una protesta en pro del movimiento 15M, y que este martes se ha sentado en el banquillo acusado de un presunto delito de desobediencia grave y resistencia, ha asegurado durante el juicio que varios policías le rodearon en un momento de la concentración y le tiraron al suelo, donde le inmovilizaron mientras presionaban con una porra sobre su cuello.

Así lo ha puesto de manifiesto durante su declaración en la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal número 1 de Palma, a la que también esta emplazado otro acusado, quien supuestamente se abalanzó en monopatín sobre un agente a quien además dio mordisco en el brazo, si bien finalmente no ha sido juzgado por estar declarado en rebeldía.

Durante el juicio, la Fiscalía ha mantenido su petición de un año de prisión y una multa de 720 euros para el inculpado, Lluc Adrià C.M., al sostener que propinó un empujón a uno de los efectivos policiales y desplegó una resistencia activa cuando fueron a detenerle.

Por su parte, el letrado defensor, Francisco José Pérez, ha solicitado la absolución de su patrocinado al afirmar que los hechos no han quedado acreditados, mientras que, en caso de que finalmente sea condenado, ha reclamado que lo sea a una pena de multa de 60 euros por una falta contra el orden público.

Durante su comparecencia, Lluc Adrià C.M., quien se ha limitado a responder a las preguntas de su abogado, ha recordado que acudió a la Plaza de España porque "me comentaron que había una charla interesante" y, una vez allí, vio que la Policía comenzó a cargar contra los asistentes mientras un agente "me metió el pie para intentar tirarme, me agarró y me llevó a un árbol de al lado, donde me instó a que me arrodillara, lo que hice sin resistencia alguna".

"De inmediato, varios policías me empujaron y se tiraron encima de mí", ha recordado el acusado, quien ha asegurado que en ningún momento se resistió ni empujó a nadie y "siempre estuve con los brazos en alto". El inculpado, pese a señalar que colaboró con ellos y que no portaba ningún objeto peligroso encima sino tan sólo una mochila, ha afirmado que "notaba pies por todos lados".

El 'indignado' ha relatado que a raíz de estos hechos sufrió varias lesiones, la más dolorosa en el cuello fruto de la presión que le ejercieron con una porra al ponérsela sobre la nuca. "Pero yo tenía todo el rato las manos hacia atrás. Incluso cuando preguntaba 'agentes, qué quieren que haga', no me decían nada. Fui totalmente respetuoso con su persona", ha remarcado.

En el turno de las testificales, uno de quienes han prestado declaración ha manifestado que vio cómo los policías "iban hacia él" -en referencia a Lluc Adrià- mientras éste "no hacía nada más que poner las manos hacia arriba". Al ser preguntado sobre si el acusado mostró una actitud agresiva, el testigo ha subrayado que "más agresivo me pareció lo que hacía la Policía. En todo momento Lluc estuvo quieto, se arrodilló voluntariamente y fue cuando tres o cuatro agentes se le pusieron encima para colocarle los grilletes".

En esta misma línea se han pronunciado otros testigos, uno de los cuales ha recordado "los golpes que indiscriminadamente propinaban a Lluc" mientras otro ha manifestado que "lo único que recuerdo es verle tumbado en el suelo, su actitud pasiva y la ausencia de resistencia por su parte".

Un agente de policía:

"uno de los manifestantes me pegó un bocado"

En el caso de los policías que también han sido interrogados, uno de ellos ha recordado que uno de los concentrados, que no ha identificado, le dio "dos patadas" mientras otro "no tuvo otra ocurrencia que tomar impulso con un monopatín y lanzarse sobre otro compañero". Precisamente, este último agente ha recordado en el juicio que cuando el joven se le abalanzó y fue a reducirle, le contestó "a mí no me toques" y acabó dándole "un bocado".

Respecto al propio acusado, varios de los agentes han relatado su participación en los hechos "por referencias" -uno de ellos ha aseverado que los vio "por el rabillo del ojo"-, excepto el policía que presuntamente recibió el empujón de Lluc Adrià C.M., quien ha señalado que cuando acudieron para desalojar la Plaza de España por tratarse de una concentración no autorizada la que se estaba llevando a cabo, el acusado "me empujó y me zarandeó, aunque de eso hace cuatro años", ha apuntado. Ante ello, ha recordado que "le tiré al suelo y tuvieron que ayudarme otros compañeros a ponerle los grilletes ante la resistencia que oponía".

Al preguntarle la fiscal si el inculpado se mostró respetuoso con él, el agente se ha limitado a contestar: "Respetuosamente nunca me han hablado". "Estaban los ánimos muy caldeados, hubo insultos y zarandeos. En cuanto al acusado, normal no estaba en ese momento", ha incidido.

Ya en la fase de conclusiones e informes, después de que haya sido exhibido un vídeo de la defensa en el que se mostraba al acusado tendido en el suelo mientras procedían a su arresto, la representante del Ministerio Público ha recalcado que, en virtud de las declaraciones y las pruebas practicadas, ha quedado acreditado que Lluc Adrià C.M. participó en la concentración y propinó un empujón al efectivo policial, motivo por el que solicita un año de cárcel para él.

La defensa:

"el acusado estaba como una oveja en un matadero"

Por su parte, el abogado defensor ha recriminado que la fiscal pida la pena máxima por unos hechos que no han sido demostrados, calificándola de "desproporcionada" y haciendo hincapié en que "se busca un castigo ejemplarizante para arremeter contra la ciudadanía que se manifestaba esos días".

En esta línea, Pérez ha subrayado cómo su patrocinado se encontraba, en el momento de los hechos, "como una oveja en un matadero, totalmente pasivo, tal y como se refleja en el vídeo exhibido". Es más, ha criticado que el procedimiento judicial se iniciase en virtud de un atestado "inconsistente y huérfano de pruebas", en el que "no se explica por qué hubo una carga policial ni aparecen identificados los policías que ayudaron a detener a Lluc Adrià".

"Tampoco se puede hablar de dolo en una persona que en ningún momento se mostró violenta y que se dejó detener", ha añadido el letrado, quien ha recriminado que decir que los hechos han sido vistos "por el rabillo del ojo" -como ha afirmado uno de los agentes- "no es la mejor manera de identificar a una persona a quien se le pide un año de cárcel". Pérez ha insistido así en su solicitud de absolución, mientras que de forma subsidiaria ha reclamado la pena mínima (el pago de dos euros diarios durante treinta días) por una falta contra el orden público.

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