Caso Roquetas: el jefe del cuartel donde murió Galdeano afirma que sus agentes le dieron el trato "más exquisito posible"

  • No recuerda cuántas veces golpeó al fallecido.
  • Asegura que no utilizó para ella ninguna porra eléctrica.
  • La víctima presentaba unos 60 golpes cuando se le practicó la autopsia.
  • Este martes continuarán los interrogatorios.
Los agentes imputados abandonan la Audiencia Provincial de Almería (Foto: Efe)
Los agentes imputados abandonan la Audiencia Provincial de Almería (Foto: Efe)
Carlos Barba / Efe
Los agentes imputados abandonan la Audiencia Provincial de Almería (Foto: Efe)

El teniente y ex jefe del cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar, José Manuel Rivas, afirmó durante la primera sesión del juicio por la muerte de Juan Martínez Galdeano, ocurrida en esas dependencias el 24 de julio de 2005 , que los agentes le dieron el "trato más exquisito" posible.

Rivas, primer agente interrogado por las partes, defendió de este modo la actuación de los nueve imputados desde la llegada de Galdeano al cuartel, a las 16.15 horas por su implicación en un accidente de circulación, hasta que el personal sanitario certificó su muerte - a las 17.43 horas - por insuficiencia cardiorrespiratoria aguda.

Llegó muy excitado y dando empujones, por lo que lo único que intentamos fue protegernos
Rivas, quien matizó que tenía "frecuentes
lagunas de memoria" sobre lo ocurrido, enfatizó que el agricultor llegó "muy excitado" y "dando empujones", por lo que "lo único que intentamos fue protegernos, porque nosotros también tenemos
derecho a la vida y a la integridad física".

Según el relato de los hechos expuesto por la Fiscalía, Galdeano acudió a la Guardia Civil para pedir auxilio y, una vez en las dependencias, dos agentes le ordenaron permanecer en ellas para evitar nuevos altercados, momento en el que
éste trató de huir, se agarró al mástil de la bandera e inició un
forcejeo con los agentes que trataban de reducirle.

En ese momento, el teniente - que no estaba de servicio - decidió intervenir para introducirle en el interior del cuartel, donde le pusieron
unos grilletes en las manos y procedieron a su detención por desórdenes a la autoridad, una orden que Rivas negó haber formulado.
Sin atestado

El agente destinado aquel día en el área de atención al ciudadano, identificado como A.M.V., que fue llamado a declarar en segundo lugar y que afirmó que no se realizó atestado, aseguró que su intención, al conocer que Galdeano había consumido drogas y dada su "desorientación y nerviosismo", era trasladarle a un centro de salud para que fuera sedado.

Con este objetivo, una vez leídos sus derechos, los agentes aproximaron a las dependencias un vehículo oficial hacia el que trataron de conducir a Galdeano, momento en el que los "episodios de violencia" de éste se intensificaron hasta que "empezó a patalear" y golpeó la puerta del vehículo, pillando los dedos de la agente M.J.S.P.

El jefe del puesto, que había vuelto a su habitación previamente, se asomó en ese momento a la ventana y observó a la mujer "sangrando abundantemente" por lo que cogió una defensa metálica extensible de su propiedad y otra eléctrica y se fue hacia el lugar donde cinco de sus compañeros, "que estaban siendo neutralizados", trataban de reducir a Galdeano, que se encontraba atado de pies y manos.

Rivas defendió que, según el Reglamento de Armas, estaba legitimado para el uso de ambas defensas, que su intención fue "intimidatoria", que no recuerda el número de veces que golpeó a Galdeano con la defensa extensible, que la eléctrica no llegó a entrar en contacto con su cuerpo y que, en ese momento, "hubiera cogido cualquier objeto que me hubiera permitido controlar la situación".

Desde su llegada con sendas armas hasta que se certificó la muerte del hombre - un período de unos treinta minutos de "agresividad y forcejeo ininterrumpido" - Rivas afirmó que "nunca tratamos de humillarle ni vejarle", puesto que "sólo podíamos pensar en reducirle", un hecho que no se produjo "hasta el mismo minuto de su muerte", una circunstancia que aseguró no haber previsto.

Entre 50 y 60 golpes

El fallecimiento de Galdeano, cuyo cuerpo presentaba entre 50 y 60 golpes - según los escritos de las partes - se produjo por una insuficiencia cardiorrespiratoria aguda motivada por una reacción adversa a las drogas, según consta en el informe de la autopsia, en el que también se refleja que éste sufrió una fractura completa del esternón .

Por estos hechos, nueve agentes se enfrentan a penas que oscilan entre los 12 años y los seis meses de prisión por los delitos de atentado grave contra la integridad moral, de lesiones y homicidio imprudente.

La segunda sesión del juicio continuará este martes con el interrogatorio del resto de agentes imputados en la muerte de Juan Martínez Galdeano.

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