«La falta de previsión de la Junta es la culpable», esgrimió el presidente de la Federación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos (Fedapa), Eduardo Caro. Que aumente el número de alumnos por clase es la solución que propone Caro para los centros que no pueden asumir todas las solicitudes, algo a lo que se opone la Delegación de Educación.

No más escolares por clase

«Los colegios no pueden tener más escolares de los que les permite su licencia administrativa. Si esto no se cumple, no se podrá asegurar una enseñanza de calidad», explicó el delegado, José Nieto. Insistió en que no se trata de un problema de escolarización, ya que «todos los niños tendrán plaza en su municipio. Y si el primer colegio que eligieron está lleno, habrá plaza en otro del mismo distrito educativo».

Caro aseguró que muchos niños no podrán ir a la escuela que quieren sus padres porque la burocracia se lo impide. Y puso como ejemplo el colegio Las Esclavas: «Los padres de los niños que se han quedado fuera no quieren que sus hijos vayan a los colegios concertados laicos que les propone la Junta como segunda opción».

Nieto responde: «Los profesores de religión son seleccionados por el Obispado directamente, tanto en unos centros como en otros. Además, a los tres años los niños no reciben formación religiosa».

Desviados a coles que quedan lejos

En los colegios de San Pablo y El Monte lo que sobran son  solicitantes de plazas para infantil. De los 54 pequeños en esta situación, más de la mitad tienen una segunda plaza en colegios públicos y concertados de esa zona, el centro de la capital. Sin embargo, el resto han sido asignados a colegios que no están en la zona, aseguró Fecapa. Por su parte, la Delegación de Educación mostró su extrañeza por esta afirmación e insistió en que hay plazas en todos los distritos educativos para los escolares que la pidan.