El expresidente del Gobierno Felipe González se ha mostrado partidario de una gran coalición de Gobierno entre PP y PSOE, aunque ha matizado: "Si el país lo necesita lo deben hacer", ha indicado en una entrevista al programa El Objetivo de La Sexta.

En este sentido, González ha dicho que no vería mal un Gobierno del PP apoyado por el PSOE "o al revés", y ha señalado el caso alemán —donde los democristianos de Merkel (CDU) gobiernan en coalición con los socialdemócratas (SPD)—, donde "los dos grandes partidos se pusieran de acuerdo para sacar al país adelante" y "sí hay más hábito" a formar grandes coaliciones.

El expresidente ha afirmado, por otro lado, que "no hay ninguna demostración de que la dispersión del voto, que es legítima, ayude a arreglar los grandes problemas del país". En su opinión, "lo más preocupante para la gente es que nadie sea capaz de decir en 20 minutos con credibilidad qué quiere hacer con España en los próximos 20 años". "Hemos tocado fondo y ahora nos arrastramos por el suelo", ha agregado el expresidente socialista.

Por otra parte, González también ha confesado que habló con Mariano Rajoy sobre la situación de España. "Yo hablo, sea quien sea, esté de acuerdo o no con lo que hace, estoy disponible. Y no tengo interés en la foto, nunca he querido tener un cargo institucional", ha afirmado.

Además, ha reconocido que hay más distancia de los ciudadanos con respecto a la política, algo que ha reflejado el último barómetro del CIS correspondiente al mes de abril. Según esta encuesta, la institución menos valorada para la ciudadanía son los partidos políticos (1,89 puntos). En eso los dirigentes tienen responsabilidad, ha asegurado González.

"Lo que se ve hoy en la calle como reclamación básica es que no desmantelen lo que nos ha costado 30 años construir", ha apuntado el socialista, que cree que ni Rajoy ni Rubalcaba han planteado qué quieren hacer con el país.

Para González, sólo será posible remontar la situación "si las políticas cambian", puesto que los gobiernos "no han entendido ni la magnitud ni la dirección de la crisis". Ha considerado, además, que España "ha perdido en la Unión Europea la relevancia que tenía" cuando él era presidente, de la misma manera que la propia Europa ya no tiene fuera el peso que tenía antes. "La gente ve que las políticas europeas no miran la cara de los ciudadanos", ha dicho.

El expresidente cree que habrá abstención en las europeas, aunque ha instado a los ciudadanos a participar en estos comicios: "No comprenden que las elecciones europeas tienen desde punto de vista de futuro más importancia que las internas, porque es el primer paso para cambiar relaciones de fuerza hacia políticas activas capaces de generar empleo". "Si no corregimos las políticas y recuperamos la dimensión solidaria de Europa, ganarán los antieuropeístas y lo pondrán peor para todos", ha vaticinado.

Por otro lado, el expresidente ha defendido la "integridad personal a prueba de bombas" de la exministra de Fomento socialista Magdalena Álvarez, imputada en el caso de los ERE fraudulentos de Andalucía.

Según González, en este proceso se comete "un error dramático", porque cuando la jueza "dice que una legislación no se ajusta a la Constitución tiene que consultar a quien corresponda si esa legislación se ajusta o no y éste es el fallo".

Respecto a su puesto como consejero en Gas Natural, González ha anunciado que va a seguir un año más y que se equivocó al decir que se aburría en el puesto.

En este sentido, Felipe González también habló de la presencia de los expresidentes en las grandes empresas españolas y las posibles incompatibilidades—Aznar es, entre otras cosas, asesor de Endesa desde 2011, así como del bufete legal DLA Piper—. El expresidente sí cree que hay que debatir "si se debe permitir a un exdirigente estar o no en una actividad privada o si es mejor que se asesore a una empresa extranjera", pero ha matizado que "desde el punto de vista ético, no de la legalidad". "Yo apoyaré que se prohíba", ha añadido.

En otro momento de la entrevista, González también ha abordado las últimas polémicas en las que ha estado implicada la casa real. En su opinión, Zarzuela "tiene que recuperar la relevancia que le corresponde trabajando al servicio de los españoles". El expresidente, que ha matizado que no es monárquico, ha sostenido que tanto el rey como el príncipe "están haciendo un esfuerzo". "A España le ha ido bien con la institución, pero ésta tiene que adaptarse a las realidades actuales", ha considerado.