Álvaro, un niño de 12 años, mantuvo en vilo a su familia todo el fin de semana al permanecer desaparecido 30 horas.

Sus padres le echaron en falta en la madrugada del sábado y pensaron que era una travesura porque hace cuatro años también se fugó, pero al pasar las horas sin noticias, Cruz Roja desplegó un dispositivo de búsqueda formado por 25 voluntarios.

El menor colocó una almohada bajo el edredón para no levantar sospechas y salió de casa con un bonobús y unos 50 euros que tenía ahorrados.

Se cree que llegó hasta Puente Duero y luego regresó hacia su barrio, donde fue localizado por unos familiares.

Miedo por otro caso Yéremi

Hace una semana que desapareció otro niño, llamado Khaled, de su casa en Alhaurín de la Torre (Málaga).

El niño le dijo a su madre que iba a un locutorio el pasado lunes y desde entonces no ha vuelto a verlo.

La madre denunció inmediatamente su desaparición y reconoce que en los últimos meses sus compañías no eran las más adecuadas, por eso confía en que se haya fugado y vuelva pronto a casa.

Estos hechos suceden cuando el país sigue conmocionado por el caso de Yéremi, un niño canario de 7 años que lleva diez días desaparecido de su hogar en Vecindario (Gran Canaria).

El niño jugaba con sus primos cerca de su padre y de sus tíos cuando su abuela le llamó para comer.

Él volvió a por un juguete y no se han vuelto a tener noticias sobre el pequeño, por más que moteros, submarinistas y decenas de voluntarios peinan diariamente las zonas cercanas al lugar de su desaparición.