Cada vez son más las movilizaciones emprendidas por vecinos de diferentes barrios de Valencia ante los problemas que vienen padeciendo derivados de obras públicas paralizadas por la crisis que degradan sus entornos residenciales.

Fuensanta. Los vecinos están recogiendo firmas para exigir que se reinicien las obras del polideportivo que llevan un año paralizadas. Según denuncian, esta obra ha dejado al barrio partido en dos y critican la inseguridad que genera el vallado por la estrechez existente con respecto a las fachadas de los edificios. También critican deficiencias en los parques.

Nou Moles. Los residentes están haciendo manifestaciones para denunciar también la paralización desde noviembre de otro polideportivo que ha dejado un socavón en la parcela del antiguo pabellón Marcol y que ha causado problemas de seguridad vial al quedarse sin aceras calles como Luis Lamarca, Burgos y Castillo de Benisanó.

Benimàmet. El vecindario rechaza la avenida proyectada sobre las antiguas vías del metro y exige un parque lineal. También han salido a la calle.

Campanar. Los ciudadanos del entorno de la antigua Fe se manifiestan una vez al mes para exigir que se rehabilite y se abra un nuevo hospital que no les obligue a cruzar la ciudad para llegar a la nueva Fe.

Ruzafa es otro de los barrios afectados por la paralización de las obras de reurbanización adscritas al plan Confianza. En este caso, estaba previsto que los trabajos se retomaran esta semana. Por otra parte, según la Federación de Empresas Contratistas de la Comunitat (Fecoval), las inversiones de la Generalitat en infraestructuras han caído un 72% con respecto a 2013.