El talento artístico y arquitectónico de William Kent (1685-1748) queda demostrado sólo con saber que fue uno de los inventores del jardín inglés: una concepción armónica y natural del paisaje ajardinado. Con una vegetación asalvajada, la extensión esconde en pequeños recovecos y caminos refinados templetes, construcciones exóticas, estatuas y estanques. El estilo se perfilaba en la Inglaterra georgiana como oposición al jardín francés, encorsetado por la rigidez geométrica de veredas, el césped intocable, los setos cortados al milímetro y grupos de flores agrupadas a la perfección como soldados.

Pero hay mucho más, Kent era un erudito voraz. Pintor, escultor, arquitecto, decorador de interiores, diseñador de muebles y objetos de metal; ilustrador de libros, escenógrafo de teatro, diseñador de vestuario, paisajista... En su trayectoria cada disciplina se encadenó con la siguiente con naturalidad. La avidez por crear lo llevó a ser el arquitecto y diseñador más importante del inicio de la bullente época georgiana, bautizada así por los reinados de los cuatro reyes Jorge que reinaron en el Reino Unido de 1714 a 1830.

El museo Victoria y Alberto de Londres descubre las cuatro décadas de trayectoria (de 1709 a 1748) del imparable autor en la exposición William Kent: Designing Georgian Britain (William Kent: diseñando el Reino Unido georgiano), que se puede visitar en la capital inglesa hasta el 13 de julio. Los organizadores resaltan que la carrera de Kent se desarrolló coincidiendo además con el momento en que el Reino Unido se definió como una nueva nación con el acta de unión de Escocia (en 1707) y el acceso al trono de la casa real de Hanover en 1714, del que se cumple este año el tercer centenario.

El conjunto de 200 piezas es un ejemplo de la inventiva y la ingenuidad artística con que abordó sus obras, definiendo una nueva corriente estética británica. Muchas de ellas han sobrevivido donde fueron creadas, en casas señoriales que ceden para la ocasión obras de sus colecciones privadas.

El museo exhibe ejemplos poco conocidos de los muebles hechos por Kent para la Chiswick House, la desaparecida Wanstead House y la soberbia casa de campo Houghton Hall; piezas que incluyen ricos tapizados también creados por él. Entre la serie de dibujos arquitectónicos de edificios prominentes hay incluso un modelo de 1735 para un palacio real que nunca fue construido y que resalta la versatilidad del estilo kentiano.

Niño mimado de la aristocracia, recibió numerosos encargos de la realeza. Una de las secciones de la exposición está dedicada a los diseños para la recién instaurada casa real de Hanover (a la que pertenecería más tarde la célebre Reina Victoria) como la biblioteca de la Reina Carolina en el Palacio de St. James o los candelabros que diseñó para el palacio real de la ciudad alemana de Hanover.

Los planos arquitectónicos de Kent contribuyeron en buena parte a la apariencia de muchas de las fachadas de los edificios históricos de Londres. Rediseñando el Londres georgiano también firmó osadas propuestas que no se llegaron a realizar, como un nuevo parlamento o e interiores renovados para la Casa de los Lores en Westminster.