La sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre a la pena de siete años de prisión por introducir en España, a través del Puerto de Valencia, 141.283,11 gramos de cocaína, valorada en 6.626.666 euros. El procesado realizó los trámites a través de una autocaravana.

Inicialmente, en la causa figuraban dos acusados, para los que el ministerio fiscal pedía ocho años de prisión por un delito contra la salud pública, en su modalidad de sustancia que causa grave daño a la salud, de notoria importancia. Sin embargo, el tribunal ha condenado tan solo a uno de ellos al estimar que los hechos no han quedado probados para el segundo.

Tal y como consta probado en la sentencia, el procesado planificó en enero de 2013, con la colaboración de otras personas cuya identidad se desconoce, la introducción en España, por vía marítima, a través del Puerto de Valencia, de una importante partida de cocaína procedente de Sudamérica para su posterior distribución entre terceras personas.

Siguiendo el plan previamente concebido, el procesado compró en enero de 2013 una autocaravana y la condujo hasta el Puerto de Barcelona, donde, tras preparar la documentación para su exportación, embarcó en febrero con destino al Puerto de Montevideo en Uruguay.

Entre los días 9 y 11 de abril, hizo los trámites necesarios para despachar la autocaravana en el Puerto de Montevideo, y nuevamente en junio la devolvió para su repatriación a España, embarcando la mercancía el día 14 de junio con destino al Puerto de Valencia. Después regresó a Argentina, y el día 24 emprendió el viaje de vuelta a España.

Ya en el mes de julio, la autocaravana llegó al Puerto de Valencia y ante las sospechas de que la misma pudiera contener sustancias estupefacientes, se estableció un servicio de vigilancia y se realizó una primera inspección exterior. Horas después y en presencia ya del importador, que proporcionó las llaves, se efectuó un registro del vehículo, también negativo, y después fue inspeccionada en el escáner de contenedores, apreciándose entonces una zona de mayor densidad en los bajos.

En el fondo del maletero y oculto tras la moqueta, los agentes hallaron un habitáculo de madera, cuyas paredes inferiores estaban forradas con láminas de plomo, y en su interior 190 pastillas de cocaína. Acto seguido se detuvo al acusado y las pastillas fueron entregadas por la Guardia Civil en el Área de Sanidad de la Delegación del Gobierno.

El tribunal cree "claro" que el procesado participó en la operación "desde sus inicios", cuando compra la caravana, la traslada al Puerto de Barcelona y la envía a Uruguay. Aunque no fuera el acusado el dueño de la droga ni, por tanto, su destinatario último, pues no dispone de capacidad económica suficiente para financiar una operación así, "es claro que participó en el negocio desde el principio", estima. Por ello, le condena a siete años de prisión y a pagar una multa de siete millones de euros.