«En los años de la dictadura vendíamos más libros»

  • Entrevista con Alfonso Otero, director de la librería Fuentetaja. 
  • El establecimiento fue durante el franquismo una de las pocas ventanas a la literatura internacional.
  • Ahora se ven obligados a echar el cierre por ruina del edificio.
Los trabajadores de Fuentetaja.(Jorge París)
Los trabajadores de Fuentetaja.(Jorge París)
Los trabajadores de Fuentetaja.(Jorge París)

La librería Fuentetaja (San Bernardo, 48) se convirtió en los años del franquismo en una de las pocas ventanas que comunicaban a los madrileños con el mundo literrario exterior.

Poniendo su propia libertad en juego, los propietarios adquirían obras de Neruda, Sartre o Beavouir, que eran como un rayo de sol en aquellos oscuros tiempos.

Fuentetaja se convirtió, desde 1959, en un emblema cultural de la ciudad. Hoy lo sigue siendo, pero sus 180.000 libros buscan casa.

El edificio donde se halla la tienda, una corrala de finales del siglo XVIII, está en ruinas y el proyecto de reconvertir ese espacio en epicentro de talleres literarios pende de un hilo.

Reabrirán en 15 días.

El propietario, Jesús Ayuso, cree que en quince días reabrirán en otro local próximo.

Alfonso Otero, director y miembro de la plantilla desde hace casi 41 años, se declara optimista.

¿Por qué se ha llegado a este estado de ruina?

En julio de 2005 se iniciaron las obras, pero se empezó por el tejado. La fachada se ha deteriorado y ha salido una grieta, y se ha decidido desalojar el edificio.

¿Qué opciones tienen?

Estamos buscando un espacio para meter todo esto, aunque es muy complicado. Los precios por esta zona son una locura.

Fuentetaja ya soportó una dictadura; será más fácil soportar un traslado...

En aquella época los extremistas de derecha nos pintaban de rojo los cristales. Pero se vendían más libros. Ahora se nota mucho la bajada en las ventas. Y en cuanto al traslado, soy optimista, creo que habrá una salida muy pronto.

Han recibido muchas muestras de apoyo...

De todo el mundo. Ha habido mucha solidaridad.

¿Y el proyecto cultural?

Sigue en pie, en espera de que el Ayuntamiento nos otorgue el cambio de uso.

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