Alicante, Altea, Benidorm, Benissa, Benitatchell, Calpe, El Campello, Dénia, Elche, Finestrat, Guardamar del Segura, Xàbia, Orihuela, Santa Pola, Teulada, Torrevieja, La Vila, Els Poblets y  Pilar tiran demográficamente de la provincia.

O, al menos, donde más aumentan los empadronamientos al cabo del año. Y es que, dos de cada tres nuevos alicantinos censados durante el año pasado en la provincia, eligieron la costa como destino, según el Instituto Nacional de Estadística.

De los 51.166 habitantes que ha ganado la provincia  de 2005 a 2006 (ya hay 1.783.555), 32.293 lo hicieron en las poblaciones costeras. El crecimiento se sitúa en un 2,9%, algo por encima del 2,4% de la Comunitat.

Sin embargo, poblaciones del interior como Alcoi, Beneixama o Banyeres de Mariola pierden vecinos progresivamente. Y están agudizando la diferencia poblacional que separa a los pueblos de montaña de los costeros.

El motivo de estos movimientos de la población tiene mucho que ver con las oportunidades de trabajo que ofrecen los pueblos costeros, más turísticos y dedicados al sector servicios.

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Pueblos cada vez más ancianos

Los pueblos que más población pierden en la provincia de Alicante están también entre los que mayor porcentaje de mayores de 65 años albergan. Como ejemplo, Beneixama. Tiene  un censo que ronda el millar de empadronados. De éstos, más de 400 ya han cumplido los 65 años, por lo que si la tendencia sigue, éstos y otros municipios podrían tener serias dificultades para mantener su tamaño, incluso para sobrevivir.