El bebé de Ourense a cuyos familiares se investiga por supuesto maltrato entró hace un mes en la UCI del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) con un episodio de muerte súbita abortada y con moratones en el pecho "atribuidos" a la aplicación de técnicas de reanimación, según ha alegado la abogada del exnovio de la madre, Lourdes Cacharrón, uno de los investigados en el marco de esta causa.

Cacharrón ha incidido en que fue en el seguimiento de su recuperación cuando se hallaron lesiones óseas curadas a lo largo de sus 11 meses de vida. El hallazgo de estos daños óseos fue lo que activó el protocolo de atención a una posible víctima de maltrato, con la apertura de una investigación en el Juzgado de Instrucción Número 1 de Ourense.

La instrucción incluye la declaración tomada en el juzgado a los ocho familiares del bebé que tuvieron contacto con él durante sus 11 meses de vida, como la madre, su pareja en aquel momento —que además fue quien lo reanimó y llevó al hospital—, los padres de ésta, los abuelos maternos, la bisabuela y un tío del menor, según confirmaron fuentes judiciales.

Este lunes han prestado declaración dos nuevos testigos —la pediatra y la trabajadora social—. Han asistido varios de los abogados de la familia, entre ellos la de la expareja de su madre, quien dijo que los cuidadores habituales del bebé —la madre y su pareja— negaron "saber nada de caídas o daños ocasionados a su hijo".

Ha aludido a la "complejidad" de la situación del bebé, nacido tres meses antes de lo que sería normal "por lo que su seguimiento médico es continuo, pues arrastra algunos problemas de psicomotricidad".

Otras fuentes jurídicas explicaron a Europa Press que el entonces novio de la madre en el momento de los hechos fue quien llevó al bebé al centro hospitalario donde explicó que se quedó como muerto cuando estaban en casa, y ahora ambos tienen una orden de alejamiento, "por prevención", del menor, ya recuperado y tutelado por la Xunta de Galicia.

Falta un informe específico

Fuentes judiciales han indicado que todavía no está listo el informe médico encargado sobre la existencia de una enfermedad denominada "osteogénesis impropia" que se caracteriza por debilitar la estructura ósea y hacerla especialmente frágil y, según Cacharrón, es necesario "descartar patologías que puedan provocar los daños detectados en el bebé, antes de hablar de malos tratos".

Las primeras testigos llamadas por el juez son la pediatra que atendió al recién nacido durante un mes, y la trabajadora social que sigue su caso desde antes su nacimiento prematuro.

Ninguno de los familiares que declararon como imputados dijo tener conocimiento de posibles daños al menor, según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press.