A Inmaculada la ley le obligó a vivir 27 años más de lo que hubiera querido

"Aquello me marcó mucho", dijo Inmaculada Echevarría en referencia a la entrega en adopción de su hijo, pocos días antes de ser desconectada del respirador artificial que la mantenía con vida.

Una persona muy cercana a ella grabó la conversación, cuya transcripción publica el diario El País.

En esa conversación recordó su deseo de ser incinerada y sus cenizas esparcidas.

De recordarla con flores, le gustaría que fuesen margaritas.

-¿No tienes miedo?-Yo no.-Ahora te sientes afortunada porque tienes amigos.-Y porque me estoy saliendo con la mía. Yo esto lo considero una suerte muy grande. Estaba totalmente desconfiada. Es un milagro, increíble. Por lo menos sé que esto se va a acabar, que voy a ser libre. Me da pena porque dejo a mis seres más queridos.
-¿Te han explicado cómo será?-Sí, pero no tengo miedo.-Te dormirán.-Y se acabó. A Dios gracias.

La charla tuvo lugar el último 7 de marzo. Hacía 10 años que vivía conectada al respirador, pero no se acostumbró nunca.

Tampoco recordaba cuánto hacía que no salía al exterior, aunque supiera que habían pasado muchos años de eso.

"El respirador fue el remate", dijo, en referencia a que si aún le quedaba algo de ganas de vivir, la dependencia del artefacto terminó de desalentarla.

"Cuanto antes, mejor"

Para no vivir lo que yo estoy viviendo, cuanto antes, mejor
"Es lo mejor que me ha podido pasar. Para no vivir lo que yo estoy viviendo, cuanto antes, mejor".

Esas son las palabras que Inmaculada hace menos de un mes, cuando salvó el último obstáculo legal para que pueda ser desconectada del respirador.

Tragedia tras tragedia

La vida de Inmaculada fue difícil. Su padre murió cuando ella tenía 17 años, y su madre, ocho años después. Luego, su hermana se cayó y se desnucó. Y otro hermano había muerto antes de que ella naciera.

El punto de inflexión para Echevarría llegó cuando su pareja, con quien tenía un bebé de ocho meses, murió en un accidente de tráfico.

Al estar bastante avanzada su enfermedad, le obligaron a dar al niño en adopción.

Inmaculada Echevarría fue desconectada ayer de la máquina que la mantenía con vida desde hacía 10 años, sólo unas horas después de ser trasladada a un hospital de la Junta de Andalucía desde la que había sido su casa durante todo este tiempo, el Hospital San Rafael, de una orden religiosa.

El Gobierno andaluz había garantizado el derecho de Inmaculada a ser desconectada, negando en todo momento que se trate del primer caso de eutanasia permitido y garantizado por una administración pública.

Será incinerada mañana

Los restos mortales de Inmaculada serán incinerados previsiblemente mañana en el cementerio municipal, a cuyo tanatorio fue trasladado anoche.

Hasta el cementerio se trasladó anoche uno de sus más íntimos amigos, que la apoyó desde un principio en su deseo de morir y que pidió "respeto".

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