¿Dónde está Al Sisi? A un mes de las presidenciales egipcias no hay rastro del candidato favorito

El exministro de Defensa Abdelfatah Al Sisi, en una imagen de julio de 2013.
El exministro de Defensa Abdelfatah Al Sisi, en una imagen de julio de 2013.
GTRES
El exministro de Defensa Abdelfatah Al Sisi, en una imagen de julio de 2013.

Pese a ser el gran favorito para las próximas elecciones egipcias, apenas hay rastro del exjefe del Ejército Abdelfatah al Sisi: sólo las fotos que puntualmente difunde su equipo testimonian su participación a un mes de las presidenciales, cuya precampaña está marcada por su ausencia pública.

Mientras muchos egipcios se preguntan las razones de esta desaparición, sus defensores y los expertos coinciden en que ésta se debe tanto a cuestiones de seguridad como a su ya ganada popularidad en el país, tras liderar en julio de 2013 el golpe militar que depuso al presidente islamista Mohamed Morsi.

Nada de discursos ni entrevistas desde que, el pasado 26 de marzo, Al Sisi anunciase por la televisión estatal su candidatura a las presidenciales y su renuncia como titular de Defensa y jefe de las Fuerzas Armadas. "Su desaparición es resultado natural de la amenaza de las organizaciones terroristas y de los Hermanos Musulmanes, pero también es que el mariscal ya tiene una gran popularidad entre el pueblo egipcio", explica el analista del Centro Al Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos Yosri Azbaui.

Al Sisi sólo tiene un rival

Es cierto que su único rival en la carrera presidencial, el izquierdista Hamdin Sabahi, tuvo dificultades para conseguir el mínimo de firmas necesarias para inscribir su candidatura y finalmente acabó presentando 31.555 frente a las 188.930 de Al Sisi.

A diferencia de Al Sisi, que delega las cuestiones de su candidatura en su equipo de campaña, su contrincante se presentó en la Comisión Electoral en persona y acompañado por seguidores para entregar las firmas que le respaldan.

Su ausencia es "temporal"

Este silencio informativo es justificado por el asesor jurídico del exmilitar, Mohamed Baha Abu Shaqa, como "algo temporal", ya que aún no ha comenzado oficialmente la campaña electoral en la que Al Sisi deberá aparecer en público para convencer al pueblo egipcio que le vote.

"Al Sisi también tiene la ventaja de contar con un equipo de consejeros legales, políticos y mediáticos, lo que hace innecesario que él mismo haga el gran esfuerzo de dar explicaciones en los medios", advierte Azbaui.

No se conoce su programa electoral

Desde marzo, su nombre ocupa columnas de periódicos y conversaciones en los cafés egipcios, pero de su persona sólo se han visto imágenes preseleccionadas por su equipo de campaña sobre reuniones con personalidades, líderes tribales, niños discapacitados y algún paseo en bicicleta por las atascadas calles de El Cairo.

¿Por qué Al Sisi no aparece públicamente para defender su desconocido programa electoral y su candidatura como lo haría cualquier aspirante al poder en cualquier país del mundo?

Según el analista Azbaui, el programa electoral es irrelevante, porque "los egipcios en general, y más la gente pobre y de clase media, no votan por un programa sino por una persona en cuestión".

En ningún momento, ni él ni nadie de su campaña ha hablado de su programa electoral, más allá de informar de que está ya redactado.

Para el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Americana de El Cairo, Said Sadek, se trata de "una estrategia inteligente, porque principalmente debe evitar una sobreexposición en los medios de comunicación, tanto por cuidar su imagen como por una cuestión básica de seguridad".

Al Sisi sigue la regla del silencio y opta por no mezclarse en la calle con los ciudadanos de a pie ni aparecer por plazas populares, ni tampoco realizar visitas a provincias o debatir con su contrincante. Podría fácilmente no estar en Egipto.

Durante la primera rueda de prensa oficial de su campaña electoral, la pasada semana, se respiraba inquietud entre los periodistas locales, que preguntaban a su equipo sobre la posible fecha de una aparición pública y si se le podrán hacer preguntas al "mariscal" o al "líder", como se referían a él esos profesionales.

El exjefe de las Fuerzas Armadas —que tiene el carisma, la aceptación, el liderazgo y las palabras resonantes de un hombre que dice siempre dirigirse a Egipto "con amor"— ya alertó, al anunciar su candidatura, de que su campaña "no iba a ser tradicional".

El analista Azbaui interpreta que el exministro de Defensa considera que "no tiene sentido aparecer en público, sobre todo teniendo el apoyo de organizaciones juveniles y de los grupos opositores a Morsi". No obstante, advierte de que a Al Sisi no le quedará más remedio que personarse finalmente en las calles.

En una reciente conversación informal con periodistas, el portavoz de su campaña, Ahmed Kamel, aseguró que Al Sisi respeta de forma disciplinada la ley electoral y que saldrá en los medios cuando lo considere necesario, pero no quiso explicar el motivo de esta ausencia ni el momento previsto para la esperada aparición. "En cualquier caso, entiendo la inquietud", reconoció entre risas Kamel.

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