La desconfianza de los ciudadanos hacia la Unión Europea ha crecido alarmantemente desde el comienzo de la crisis y para recuperarla la receta de la Fundación Alternativas es avanzar hacia una unión económica, social y política federal que mire al ciudadano con medidas progresistas y de solidaridad.

Esa es una de las recomendaciones del tercer informe sobre El Estado de la UE, centrado en "la ciudadanía europea en tiempos de crisis", que han presentado la Fundación Alternativas y Friedrich Ebert Stiftung. El estudio analiza la coyuntura europea desde la perspectiva de los ciudadanos y el aumento de la desconfianza en las instituciones a raíz de la crisis, y presenta una serie de recomendaciones para combatir esa desafección.

Los índices de confianza en la UE, según ha destacado Nicolás Sartorius, vicepresidente Ejecutivo de la Fundación Alternativas, han caído unos 26 puntos desde el inicio de la crisis, tal y como muestran los últimos eurobarómetros, en los que el porcentaje de ciudadanos que muestran una aceptación positiva de la institución ha bajado del 60 hasta el 30% aproximadamente.

"La primera víctima de los tiempos de crisis son los ciudadanos" y los sacrificios que han tenido que afrontar están repercutiendo en la desafección hacia la Unión Europea, ha dicho Sartorius. Un descontento que puede aumentar la abstención en las próximas elecciones al Parlamento europeo del 25 de mayo, cuando tradicionalmente la participación ya es baja en estos comicios y ha pasado del 62% en 1979 hasta el 43% en 2009.

El informe aporta 33 propuestas económicas, políticas y sociales para recuperar la confianza de los europeos en sus instituciones y mirando a los derechos de los ciudadanos. Medidas como el fortalecimiento de la negociación colectiva, la creación de un seguro de desempleo en la zona euro o un salario mínimo europeo, un programa de lucha contra la pobreza y un incremento hasta el 0,7% del PIB de la ayuda al desarrollo para ayudar a evitar las tragedias provocadas por la inmigración ilegal.

"El siglo XXI tiene que ser el de la ciudadanía europea", ha indicado el director del informe, Diego López Garrido, que ha abogado por una "unión social: un verdadero Estado social a nivel europeo". Otra de sus propuestas es que la UE refuerce la lucha contra la violencia machista y promueva una reforma de los códigos penales de los Estados miembros para equiparar ese delito al de terrorismo porque el objetivo del maltratador es provocar "terror en la víctima", ha recalcado López Garrido.

Asimismo, plantea que los europeos que residan más de cinco años en un país distinto al suyo puedan votar en las elecciones generales de dicho Estado miembro, manteniendo su derecho al voto en su país de origen. Igualmente, recomienda que a partir de dos años de residencia en un país de la UE distinto al originario, el trabajador que pierda su empleo tenga seis meses de plazo para buscar otro puesto de trabajo antes de ser expulsado, o que pueda permanecer en dicho estado indefinidamente si ha estado trabajando allí más de cinco años.

Tras las próximas elecciones europeas, la Fundación Alternativas pide un "gran pacto político parlamentario" en la Eurocámara, que fomente el crecimiento y la cohesión social, y una "Convención Europea" para estudiar las reformas de los tratados necesarias para avanzar hacia una "Unión Política federal".

El informe plantea también reducir el número de comisarios de la Comisión a dos tercios de los Estados miembros, aspecto en el que ha incidido el director gerente de la Fundación Alternativas, Carlos Carnero, al afirmar que se trata de que la Comisión "no se convierta en un estadio de fútbol ingobernable". Carnero no cree que en los comicios del 25 de mayo se vaya a producir un crecimiento espectacular de los movimientos populistas o euroescépticos, sino que la labor importante seguirá dependiendo de los grandes formaciones o familias políticas.