Una de las nuevas costumbres en las principales ciudades francesas es ir a los parques con amigos o familia y compartir un slunch, una mezcla de merienda y cena. Son picnics, como los tradicionales, pero a las 5 ó 6 de la tarde y bien franceses: llevan su buen foie, su buen vino y sus copas, siempre de cristal. «Nada de plásticos», dice Carlos Campillo, chef francés que vive en Madrid. Para «vivir» Francia, Carlos recomienda, algún día, sumarse al estilo francés. Si se va a París al menos un fin de semana, según él, no hay que perderse Les Puces (las pulgas), una especie de Rastro enorme. Y para volver a casa, no viajar en metro después de las 11. Como buen cocinero, a Carlos le interesa mucho la buena comida y el buen vino. Cuando visita París le gusta ir a los restaurantes L’Ami Jean (27 Rue Malar, París 7) o a Le Ribouldinque (Rue Saint Julien le Pauvre, París 5), donde suelen ir los franceses y donde comer cuesta un precio ‘normal’ para París. Allí no toda la comida es el típico «pato a la naranja». En Le Ribouldinque hay callos y salchichas, comida también típica de una parte de Francia.Pero tampoco dejes de ver...