Una prueba piloto en cuatro municipios de Teruel establecerá si recuperar la producción de resina es rentable

Una prueba piloto en los montes cuatro municipios de Teruel, Albarracín, Bezas, Tormón y Rubiales, trata de establecer si la producción de resina podría ser rentable como actividad empresarial.
Pinos, resina.
Pinos, resina.
DGA
Pinos, resina.

Una prueba piloto en los montes cuatro municipios de Teruel, Albarracín, Bezas, Tormón y Rubiales, trata de establecer si la producción de resina podría ser rentable como actividad empresarial.

Esta prueba se está realizando a raíz de una petición de varios Ayuntamientos de la comarca de Albarracín, a finales de 2012, para sondear una posible fuente de recursos basada en la propia riqueza del territorio, basada en la obtención de resinas del pino negro (pinus pinaster).

Se trata del pino resinero por excelencia, una variedad que en la provincia de Teruel ocupa unas 40.000 hectáreas de las que, por sus condiciones de accesibilidad, continuidad en el terreno y pendiente, serían susceptibles de explotación unas 20.000.

La obtención de resina ha sido una actividad propia de las comarcas forestales a lo largo de la historia. Primero con la llamada resinación a muerte, más tarde golpeando el pino con hachas hasta llegar a la veta de resina y, ya en los últimos tiempos, a través de una resinación más superficial con la utilización, además, de algunos compuestos. Eran ingresos en zonas donde obtenerlos en ningún caso era tarea fácil.

"Era una actividad importante en muchas comarcas del país y también tenía implantación en la provincia, hasta que la resina empezó a llegar a España procedente de los grandes países productores como Brasil, China o Indonesia a partir de los años 70, grandes productores que en los últimos años han reducido su nivel de producción por la sobreexplotación de sus montes.

La resina paso de ser un producto típico de autarquía a ser completamente abandonada su extracción en muchas comarcas porque quien la extraía, lógicamente, quería ganar un sueldo digno", ha relatado el ingeniero de montes del Servicio Provincial de Teruel, Emilio Pérez Aguilar.

Después de la propuesta inicial de los Ayuntamientos de comarcas con cierta tradición resinera se han cubierto algunas etapas pero queda, todavía, buscar un beneficio. En definitiva, de generar actividad y empleo en comarcas donde nunca ha habido implantación industrial alguna.

El precio de la resina está en el entorno de un euro el kilo y la producción por pino está es de aproximadamente dos kilos con las técnica actuales. Un buen resinero puede manejar una macha de 5.000 ó 6.000 pinos.

En los últimos años, la resinación se ha recuperado en algunas comarcas interiores del país, en muchos casos como consecuencia de la crisis económica y de los cambios habido en el mercado.

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