Discapacitados y deportistas

Hacer de las limitaciones personales una virtud es uno de los retos que los humanos encuentran a lo largo de su vida.
Es la historia de Carmen, Fernando y Yasmina, tres deportistas malagueños de alta competición. Tienen discapacidades motrices, pero la discapacidad que más les molesta no es la suya, sino la de una sociedad analfabeta en el trato al distinto.«Los medios de comunicación enseñan a la gente a tener prejuicios», cuenta Carmen, una judoka con deficiencia visual. ¿Los medios atacan a los discapacitados?, pregunta 20 minutos. «No, pero en muchas ocasiones se ataca al diferente, al feo a quien es distinto. Esto, al final, afecta a cómo la gente trata a los discapacitados».

Yasmina, atleta con parálisis cerebral, agrega que el uso publicitario de los discapacitados ha hecho que la sociedad pase de marginarlos a sentir compasión por ellos. «Prefiero que una persona me pregunte si necesito algo a que me juzgue de primeras. Una vez me dijeron que no iba a ser capaz de comerme un bocata», subraya.

La directora de la Fundación Andalucía Olímpica, Francisca Bazalo, lamenta que desde ciertos sectores del deporte se siga minusvalorando a los deportistas con discapacidad, «incluso a los que han obtenido medalla paralímpica». Mientras tanto, 70 expertos en deporte adaptado celebrarán en Málaga –desde este jueves al sábado– la segunda conferencia internacional sobre esta materia y sus beneficios médicos y sociales.

Tres testimonios

Carmen Herrera. 32 años, judoka

«Elegí el judo porque mi deficiencia visual no es un problema, al contrario que en otros deportes como balonmano. Me he buscado la vida para entrenar y competir con gente que ve bien, ya que así mejoro mi nivel técnico».

Fernando Gómez. 41 años, atleta (corredor de 100 y 200 m)

«Me quedé sin entrenador para los juegos paralímpicos de Sydney 2000 porque al mío se le acabó el contrato. Eso no pasaría con un deportista de élite sin discapacidad. Cada vez hay menos competiciones para paralíticos cerebrales en España».

Yasmina Moral. 23 años, atleta (corredora y lanzadora)

«Mi parálisis cerebral afecta a mi desplazamiento, pero los entrenamientos me han ayudado mucho a mejorar mi equilibrio. Este año estoy más alejada de los entrenamientos por mis estudios» (profesora de educación especial).

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