El novio, Mohanad Hareb, de 30 y oriundo de la vecina Siria. Ambos profesan la religión de los drusos, una rama minoritaria del islam. Ayer se casaron en terreno de nadie, en la estrecha franja desmilitarizada que separa dos fronteras enemigas, la de Siria e Israel. Sin embargo, será ella la que no volverá a cruzar a la tierra que la vio nacer y se despide entre lágrimas de sus familiares.Todas las fotografías en www.20minutos.es
Boda en tierra de nadie
La novia, Arwad Abushahen, de 25 años y procedente de una aldea de los Altos del Golán israelíes.
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