Los principales distribuidores eran españoles, ubicados en el Baix Ebre. En los últimos días se desmanteló la red de tráfico hacia España y se desmontó el entramado económico, que incluía directores de sucursales bancarias de Tarragona.En los primeros envíos la droga entraba escondida en bajos fondos de maletas de ciudadanos paquistaníes, pasajeros de vuelos regulares. Pero, últimamente, la banda intentaba probar un nuevo sistema para introducir mayores cantidades en contendores de barcos.
En un envío de arroz se incautaron 100 gramos. En el segundo envío querían introducir entre 20 y 50 kg disimulados entre cajas de naranjas.
Traficantes con puerta blindada
La Policía desmanteló, en otra operación, un punto de venta de droga en un piso de Tortosa desde el que una familia vendía cocaína y heroína las 24 horas a través de una ventanilla en la puerta blindada del apartamento. El inmueble costó de detectar porque los vecinos se negaron a colaborar ya que temían represalias. Finalmente, ayer, la Audiència de Girona condenó a cuatro años y medio de cárcel a un hombre al que cogieron en Lloret con 31 bolas de cocaína en el estómago. Se le rompieron dentro y se delató cuando necesitó un médico.
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