Mas insiste en que convocará elecciones plebiscitarias si se prohíbe la ley de consultas

  • En su opinión, "no es el mejor escenario, pero sí el más probable".
  • Cree sería consecuencia de "la oposición radical de las autoridades españolas".
  • Asegura que el auge del independentismo es el resultado de la "torpeza" de los distintos Gobiernos centrales.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha asegurado este viernes que, como último recurso para celebrar la consulta catalana, no descarta transformar las elecciones regionales en referendo. Si la ley catalana de consultas acaba siendo prohibida, dice Mas, "¿qué otro camino les quedaría a los catalanes?. La única vía serían las elecciones regionales, que necesariamente son legales. Si no hay otra posibilidad, transformaremos el escrutinio en referendo".

En dos entrevistas en el diario Le Figaro y en radio France Info, el presidente catalán ha admitido que "no es el mejor escenario, pero sí el más probable", y ha señalado que si se llega hasta ese punto "será como consecuencia de la oposición radical de las autoridades españolas".

Mas ha explicado que aunque debe ponerse en contacto con el resto de partidos catalanes, se plantea fijar en finales de 2016, al término de la legislatura del Parlamento catalán, la fecha tope para la celebración de ese hipotético escrutinio.

"La perspectiva histórica nos indica que no habrá solución", ha añadido como respuesta a una pregunta sobre un posible pacto global entre el PSOE y el PP después de las elecciones generales de 2015 que contemplara la inclusión de ministros de CiU en el Gobierno. "Pero si las cosas cambian radicalmente, nunca se sabe...".

En cualquier caso, Mas quiere primero aprobar la ley de consultas para celebrar una consulta popular sin "valor jurídico inmediato" pero que permitirá conocer la opinión de los catalanes. "Intentaré convocar la consulta popular, no con valor jurídico inmediato, para el 9 de noviembre", ha dicho, y, si el resultado es favorable a la independencia, entenderá que tiene "un mandato de la población catalana" para negociar.

Mas tiene la "opinión personal" de que habría mayoría a favor de la independencia, pero ha insistido en que la clave es votar; así, ha incidido en que el 80 por ciento de la población de Catalunya quiere una consulta, aunque "es muy probable que una parte importante de ese 80% esté contra la independencia". Por eso, ha avisado de que para los catalanes el asunto no está zanjado, aunque el presidente Mariano Rajoy considere el asunto "resuelto y terminado" con el rechazo del Congreso a ceder a Cataluña competencias para hacer un referéndum.

El presidente catalán ha asegurado que su partido siempre ha apoyado "a gobiernos conservadores y socialistas", y que la situación actual viene provocada "porque los gobiernos españoles en general, y en especial el conservador, han sido muy torpes con la relación con Cataluña". "No tenemos nada en contra de España o del Estado español", ha añadido Mas, donde subrayó que aunque "lo que Cataluña está haciendo es un gran desafío democrático, ha llegado la hora, y habrá que encontrar un camino para que haya un acuerdo".

Mas ha rechazado además responder a la opción de elegir entre una Cataluña independiente fuera de la Unión Europea (UE), o una Cataluña española, según Le Figaro, en el interior de la misma. "No puedo contestar a esa pregunta. (...) Veremos el caso de Escocia. En mi opinión, Europa no encontrará la manera de sacar esos países, esas economías, esas poblaciones", ha indicado.

No una independencia clásica

El presidente de la Generalitat ha dicho que "no se puede hablar de independencia en el conjunto de Europa, porque es un espacio de interdependencia", y ha asegurado que su partido defiende "una Europa federal, con más poder central y local o territorial". Su idea es situarse al mismo nivel que cualquier gobierno como los de Austria, Bélgica, Dinamarca o Finlandia, ejemplos que ha citado.

Eso implicaría "poderes legislativos", un Parlament "que realmente pueda tomar decisiones para el desarrollo y el bienestar de la sociedad" y "la posibilidad de obtener más dinero que se produce en Cataluña"; y "siempre pensando en una cierta solidaridad en el interior de España". Así, ha dicho que siempre ha defendido esa solidaridad, pero que el problema es que hoy en día Cataluña tiene un "déficit fiscal pavoroso" que limita "de forma muy grave" sus posibilidades de desarrollo.

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