Vivir en el centro de muchas ciudades no ha sido una posibilidad abierta a todos los bolsillos. Su crecimiento fue expulsando a las clases bajas y medias de la sociedad a la periferia. De ese modo, Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla fueron convirtiendo sus centros históricos en exclusivos.

La mayoría de los pisos estaban en propiedad y los pocos alquileres que se podían encontrar suponían hacer frente a unos precios desmesurados. Vivir en el centro de grandes ciudades se convirtió en un privilegio por el que había que pagar; pero esa tendencia ha cambiado.

El canal de noticias de Fotocasa se hace eco de lo apuntado por Alquiler Seguro: el “éxodo metropolitano” ha finalizado y muchos vuelven al centro de la ciudades. Se está produciendo una repoblación metropolitana.

Y esto tiene que ver con la opción que gana terreno para vivir: el alquiler. En un contexto de caída de los precios y potenciación del mercado de alquiler, los inquilinos pueden volver de forma mayoritaria a alquilar en las ciudades en detrimento de la periferia.

Según el análisis de mercado realizado por Alquiler Seguro, en algunas provincias más del 70% de los alquileres ya se están produciendo en la capital, lo que refuerza la teoría del cambio de tendencia.

En capitales como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia el tipo de viviendas que más se demanda son las de 2 y 3 dormitorios; mientras que los estudios y las viviendas de uno y cuatro dormitorios solo representan un cuarto del total.

El perfil del inquilino más habitual en España en 2013 es el de un treintañero soltero y con contrato indefinido. Este tipo de personas está volviendo a ocupar el centro de las ciudades. Es el principio del fin del “éxodo metropolitano”, la vuelta a los grandes núcleos urbanos.

Y es que vivir en el centro tiene beneficios que repercuten en la calidad de vida y en el bolsillo. Se recorta el tiempo para llegar al puesto de trabajo y se evita los gastos en transporte público o en gasolina del automóvil.