El método consiste en instalar un dispositivo en el cajero que copia la banda magnética de la tarjeta y que funciona con una batería que dura una hora, de manera que los delincuentes buscan rentabilizar al máximo el tiempo instalándolos en lugares con el mayor número de operaciones posibles.

Los dispositivos se fabrican a medida según la entidad, aunque se pueden identificar porque sobresalen de la estructura. La Policía avisa de que, ante cualquier anomalía o artefacto sospechoso, los usuarios avisen lo antes posible a las autoridades para evitar problemas. En cualquier caso, las entidades cuentan con seguros que cubren las posibles operaciones que los delincuentes puedan hacer con el número de tarjeta del usuario.

En uno de los cajeros afectados, próximo al Clínico, los delincuentes fueron grabados por la cámara de la entidad, que anuló inmediatamente las tarjetas de los clientes afectados.

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1 hora dura la batería del dispositivo que copia las tarjetas en el cajero

La copian y compran en Europa

La proliferación de bandas venidas de los países del Este que emplean estos métodos delictivos en cajeros automáticos ha hecho que la Policía se especialice para detectar sus movimientos. Suelen copiar los datos de los usuarios, hacen réplicas de las tarjetas y al día siguiente efectúan compras en otros países de Europa, lo que dificulta seguirles la pista.