Una semana después de ser nombrado primer ministro francés, Manuel Valls ha presentado su programa de Gobierno ante la Asamblea Nacional.

Entre las líneas generales de este programa se encuentran medidas de carácter fiscal, una reforma territorial, y otras en materia de energía o de recorte del gasto público.

En el marco de una reforma estructural de la política local, Valls ha planteado fusionar regiones para reducir a la mitad su número —Francia cuenta con 22 regiones metropolitanas y cinco de ultramar—. "En ausencia de propuestas, tras las elecciones departamentales y regionales de marzo de 2015, el Gobierno propondrá por la ley un nuevo mapa de las regiones, que estará establecido para el 1 de enero de 2017", ha afirmado.

En este sentido, el jefe del Ejecutivo aseguró que las regiones deben tener "todos las funciones, todas las competencias para ayudar al crecimiento de las empresas y animar las iniciativas locales". Valls también se comprometió a incrementar las relaciones entre ciudades colindantes para que compartan funciones, así como a clarificar las competencias de las diferentes administraciones locales.

Esta reforma busca además acabar con los consejos departamentales antes de 2021 para "responder al sentimiento de abandono que existe en los departamentos y territorios rurales". En paralelo, Valls señaló que la presencia de los representantes del Estado central en los diferentes territorios se mantendrá y se adaptará "progresivamente" a la nueva situación. "Es la garantía de un acceso equitativo de todos los ciudadanos a los servicios públicos", afirmó.

Por otro lado, también anunció la reducción de las cargas sobre el trabajo en 30.000 millones de euros con una serie de medidas:

En total, las empresas se ahorrarán 30.000 millones de euros en las cargas salariales, que es el compromiso de Hollande con su "pacto de responsabilidad" con el que pretende mejorar la competitividad del país y, como dijo el primer ministro socialista, favorecer "la producción en Francia".

También en dirección del sector privado, Valls avanzó que en 2016 desaparecerá el aumento de los tipos del impuesto de sociedades decidido durante la anterior presidencia del conservador Nicolas Sarkozy (2007-2012). El tipo normal de este impuesto que grava los beneficios de las empresas bajará al 28% en el horizonte de 2020.

Para financiar todo ese dispositivo sin incrementar otros impuestos, el Ejecutivo se ha marcado el objetivo de ahorrar 50.000 millones de euros en el gasto público en el periodo 2015-2017.

En concreto, ha precisado que el Estado y sus agencias ahorrarán 19.000 millones de euros, mientras que 10.000 millones procederán del seguro por enfermedad y 10.000 millones de las colectividades locales.

"Estoy a favor del respeto de nuestros compromisos, de la seriedad presupuestaria, pero no de la austeridad", ha recalcado Valls durante su discurso de política general. "No quiero anular el crecimiento, sino nuestro déficit no disminuirá y el paro no se reducirá. Por supuesto, hay que sanear nuestras cuentas públicas, pero sin anular nuestro modelo social y nuestros servicios públicos, si no los franceses no lo aceptarían", ha recalcado.

Valls también ha anunciado una ley sobre la transición energética —reducir la energía nuclear en favor de aumentar la energía eléctrica— para "antes del verano". En este sentido, el jefe del Ejecutivo reiteró además el objetivo de reducir "un 30% del consumo de combustibles fósiles y un 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030".

"El clima es probablemente el área donde la necesidad de regulación es más urgente", ha dicho Valls sin mencionar a los ecologistas, que rechazaron participar en su Gabinete.