80 cordobeses esperan ser trasplantados de un riñón

En la provincia, unas 2.500 personas tienen enfermedades renales. 410 de ellas reciben diálisis. Los especialistas apuestan por la donación en vida.
80 personas de Córdoba están actualmente a la espera de una llamada que les puede cambiar la vida. Esperan el momento en que desde el Hospital Reina Sofía les comuniquen que ha llegado un riñón compatible con su organismo.Y es que, las enfermedades renales son una patología cada vez más extendida entra la sociedad actual. En la provincia, unas 2.500 personas tienen alguna insuficiencia renal. De ellas, 410 concretamente tienen que recibir tratamiento de diálisis.

Pero es que según los especialistas, las enfermedades de riñón van a ir a más en los próximos años. El envejecimiento de la población y enfermedades como la diabetes provocarán que los casos de insuficiencia renal aumenten un 50% en los próximos 10 años, según indicó ayer el director gerente del Reina Sofía.

Por este motivo, ayer, coincidiendo con el Día Mundial del Riñón, los especialistas apostaron por una detección precoz de este tipo de enfermedades «que afectan a uno de cada diez adultos» y que puede detectarse en un simple análisis , afirmó Pedro Aljama, jefe del servicio de Nefrología.

Sobre la lista de espera para ser trasplantado de riñón, Aljama apostó por la donación de pacientes vivos. «La donación de personas muertas no es suficiente», apuntó Aljama. «No suponen ni el 3% de las donaciones cuando otros países de Europa superan el 20%» añadió. Para ceder un órgano en vida y que sea eficiente, el donante debe ser familiar directo del paciente (padre o hermano). En este caso, las posibilidades de compatibilidad rozan el 95%.

Ellos ya tienen uno

Francisco Cobos. 21 años.

«Me trasplantaron el día 9 de febrero tras llevar nueve meses en diálisis y siete en lista de espera. Tenía insuficiencia renal crónica y fue una gran sorpresa que me llamaran. Desde entonces mi vida ha cambiado, ya que antes era un engorro ir a diálisis cada día».

Nicolás Gama. 35 años.

«Estoy trasplantado desde hace dos meses. Yo nunca dejé de trabajar, asumí mi enfermedad pero es fundamental gente a tu lado que te ayude. Antes me encontraba muy cansado, y ahora soy una persona con mucha fuerza».

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