La obra escenifica el ensayo de una compañía teatral con una directora argentina que quiere llevar a escena la vida de un Quijote en la ciudad de Manhattan a través de dos personajes femeninos (Quijote y Sancho), cuando de pronto aparecen en escena dos fontaneros que vienen a arreglar unas goteras en el teatro. Según Boadella, la obra es un alegato en favor de esos «valores quijotescos» que ya se han perdido en la sociedad actual. «España ya no es un país cervantino en el que se practique el amor platónico o se luche por valores inalcanzables ni por la divinidad», opina el director.
* Avda. de María Luisa. A las 21 h. Domingo, a las 20 h. De 6 a 18 euros. Inf. 010.
Antecedente cervantino
Esta no es la primera vez que Albert Boadella recurre a Miguel de Cervantes para su compañía, Els Joglars, con la que lleva ya 44 años. Su interés por la obra cervantina viene de antes. Por ejemplo, con las obras Yo tengo un tío en América (1990) o en Daaalí (1991) ya recurrió al universo quijotesco.
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