Una asturiana abrirá un local en Gijón de reparto de comida a niños necesitados para que no se vayan a la cama sin cena

Blanca Peterssen alerta de que la pobreza infantil pueda llevar a los pequeños a delinquir si no tienen qué comer

Una gijonesa, Blanca Peterssen, ha decidido abrir un local en Gijón para entregar alimento y ropa a los niños necesitados de la ciudad, una tarea que viene desarrollando desde hace más de año y medio y para la que ahora necesita que le echen una mano al verse desbordada de peticiones de ayuda. "Se necesita local en Gijón para dar de comidas a niños", fue la llamada de auxilio de esa mujer.

Peterssen, en declaraciones a Europa Press, ha señalado que un vecino de Candás, que ya realiza otras obras de beneficencia, le ha cedido un local ya acondicionado en el número 5 de la calle San Guillermo, donde almacenar todos aquellos alimentos, ropa y calzado que pueda reunir. Este será atendido desde esta semana por un grupo de voluntarios por las mañanas para recoger, y por las tardes para entregar la ayuda.

Hasta ahora hace esa labor desde su coche, desde el que repartía a domicilio, pero ya le es imposible seguir haciéndolo de esa manera por las muchas madres que se han puesto en contacto con ella porque sus hijos no tienen qué comer.

Esta mujer de 68 años, voluntaria desde hace años en la Cocina Económica, comprobó cómo en las instituciones de este tipo se palía el problema de los adultos, pero el de los niños no. Y aunque los niños escolarizados, en su mayoría acuden al comedor del colegio, Peterssen ha alertado de que por la noche no tienen qué cenar como tampoco están cubiertas sus necesidades los fines de semana.

Incluso ha señalado que en un colegio concertado de la ciudad, los niños de 11 a 13 años "no tienen derecho a comedor", algo que ha considerado un riesgo al augurar que "si no tienen qué comer, delinquen". Tampoco se soluciona el tema de los bebés, que precisan de leche de fórmula, cereales y pañales, entre otras cosas.

Lo que comenzó siendo una ayuda a una docena de familias, se ha convertido en el suministro de alimento y ropas a más de 200 niños. "Si te metes en las casas, no hay ni luz", ha apuntado, al tiempo que ha explicado que incluso algunos han vendido los colchones y duermen sobre el somier.

Según ella, en Gijón hay tres focos donde más ayuda reparte dentro de los barrios de Nuevo Gijón, El Coto y La Calzada. A este respecto, ha remarcado que no solo son familias inmigrantes, sino también muchas de aquí. Entre otras cosas, les lleva nocilla, cereales, chocolate, pan de sandwich, productos, por lo general .

Fue durante una campaña navideña de recogida de alimentos de la Cocina Económica cuando al comprobar que había 'potitos' que no se iban a utilizar para el comedor de esta institución benéfíca, decidió repartirlos entre familias necesitadas con niños. Es más, en el comedor de la Cocina Económica pudo comprobar cómo hay personas que llevan el tupper para guardar parte de la comida y dársela luego a sus hijos.

"Están más desatendidos los niños que los mayores", ha opinado. Poco a poco, fue consiguiendo que otros se unieran a su causa, de forma que, por ejemplo, en una cafetería le dan los pinchos y el pan que sobran al cerrar el día y en una confitería le dan pasteles.

Desbordada de peticiones de ayuda

"Estoy desbordada", ha reconocido, al tiempo que ha indicado que es hora de organizarse. "Yo sola no lo puedo hacer ya, no doy abasto", ha indicado, antes de explicar que ella trabaja, cuida de sus padres y colabora con la Cocina Económica, además del reparto de recursos a familias necesitadas.

Peterssen hizo entonces "una llamada de auxilio" en Internet para buscar alguien que le cediera un local, tal como ha conseguido en pocas horas. Y no solo eso, hay mucha gente que se ha ofrecido a colaborar, e incluso una confitería le ha propuesto dar la merienda a los niños necesitados que el domingo por la tarde, que es cuando cierra el establecimiento al público.

No solo ha recibido ayuda, sino también peticiones de auxilio. Gracias al local, podrá seguir con esta labor. "No quiero dinero, ni un euro", ha dejado claro sobre los ofrecimientos hechos por algunas personas que han conocido su caso. Peterssen prefiere que ese dinero lo empleen en comprar algo que ella pueda llevar a las familias.

"Los mayores tienen muchas más facilidades para salir de la hambruna, los niños no", ha considerado, algo que ha atribuido a la "dejadez social". "Ojo al parche, aquí tenemos hambruna", ha advertido. Asimismo, ha lamentado que no haya campañas de planificación familiar porque conoce de bastantes de casos de familias que no tienen para dar de comer a sus hijos y la mujer está embarazada de nuevo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento