La presidenta de la Fundación Euroamérica y excomisaria Europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, que ha defendido este lunes la necesidad de profundizar en la "unión política" en el escenario europeo, ha advertido de que los ciudadanos y "el nuevo orden mundial" exigen una Europa "activa e influyente", y ha reivindicado "reformas" como en política de defensa.

En el marco de una jornada sobre el futuro de Europa que acoge el Parlamento gallego, la también exministra de Asuntos Exteriores de Austria ha incidido en que, pese a sus efectos negativos, la crisis es "una buena base para cambiar las cosas", y ha señalado que ahora se deberían abordar "otras reformas" que antes no se ha tenido "la valentía de hacer".

Entre dichas reformas, ha incluido la de la política de defensa. "Ahora, con la crisis de Ucrania, nos damos cuenta. No podríamos enfrentar a los rusos. Si quisiéramos, porque naturalmente no queremos guerra. Pero tendríamos que tener una fuerza mucho más grande", ha reflexionado.

Presentada por el responsable de la Xunta de Relacións Exteriores e coa UE, Jesús Gamallo, Ferrero-Waldner ha apuntado que otra reforma pendiente es la de política energética, sobre la que se ha hablado "muchísimo", pero "se ha hecho muy poco".

En esta coyuntura, ha aludido a las próximas elecciones europeas de mayo y, al igual que otros de los ponentes que han participado en la jornada, ha abogado por la "pedagogía" frente a los "euroescépticos" y ha admitido el impacto de una crisis financiera que ha afectado a la economía real y ha provocado, a su vez, "una crisis de confianza y política".

Así las cosas, ha reivindicado la necesidad de profundizar en la unión política en Europa y ha advertido de que para "recuperar" la confianza en el mercado único y en el euro se necesita "profundizar" en la unión monetaria y económica con el fin de construir "una arquitectura fuerte y estable en los ámbitos políticos, fiscales y económicos".

Profundizar en la unión monetaria

Ferrero-Waldner ha subrayado que algunos de los pasos que ella considera necesarios para fortalecer la UE se podrán dar en el marco de los tratados actuales, mientras que otros "exigirían reformas", pero ha considerado como principio "claro" que la profundización de la unión monetaria debe construirse "a partir del marco institucional y legal de los tratados".

"Los países del euro tendrían que integrarse más rápidamente y profundamente que los otros países miembros de la UE", ha sugerido, para añadir que la "unión monetaria profunda" debería formalizarse en cuatro bloques: la bancaria, la fiscal, la económica profunda y la responsabilidad en la toma de decisiones.

Al respecto, ha confesado que le proporciona "cierto optimismo" el acuerdo sobre la unión bancaria que se desprende de las últimas reuniones del Consejo Europeo, con el pero de que "tardará en realizarse". "Yo estaría a favor de ir mucho más rápidamente, pero 28 somos un barco lento", ha remarcado.

"compartir soberanía"

Aunque por el momento sea "una utopía", Ferrero-Waldner se ha declarado partidaria "de una federación de los Estados nacionales de Europa o, eventualmente, de un grupo de los Estados miembros, un pequeño grupo dispuesto a profundizar más en la UE y a iniciar una unión política". "Siempre y cuando el resto de Estados miembros tengan la posibilidad de unirse a ella", ha señalado.

Convencida de que si no se da este paso va a ser "difícil avanzar", ha incidido en que una crisis siempre acompaña "una oportunidad" y ha proclamado que "compartir soberanía en Europa significa tener más soberanía a nivel mundial". Y es que, a su entender, Europa es "un actor significante", pero no "un actor global como debería ser".

En todo caso, ha agregado que es preciso que Europa mantenga "sus valores" —ha ejemplificado con conceptos como Estado de Derecho, democracia, libertad y una Europa "social"— para añadir que constituyen su "fuerza".

Cambios en la ce

En la línea con sus propuestas de potenciar la unión política y profundizar en la monetaria, también ha considerado que sería positivo "unir en un único presidente de la unión política europea" las dos posiciones que ahora ocupan el de la Comisión Europea (CE) y el del Consejo Europeo.

A su entender, sería positivo articular una CE "más reducida" que funcione de forma similar al del Consejo de Seguridad de la ONU, de forma que los grandes países "siempre tendrían un comisario" y los pequeños y medianos participarán de un sistema "equitativo" de rotación. Igualmente, se ha mostrado partidaria de dividir el Parlamento europeo en dos cámaras.