Paco Álvarez anima a los murcianos a sumarse a la Economía del Bien Común, un modelo basado en la "justicia social"

Plantea que las empresas redistribuyan sus beneficios, implanten modelos cooperativos o beneficien a su entorno social

El asesor financiero independiente, Paco Álvarez, ofrecerá la próxima semana una conferencia en Murcia en la que animará a los murcianos a sumarse a la Economía del Bien Común, un sistema económico alternativo completo basado en los valores de "dignidad humana, solidaridad, sostenibilidad, justicia social y democracia".

La charla de asistencia libre, que se realizará en el marco del segundo módulo de los talleres organizados por la Asociación ReGenera Consciencia de Cambio, tendrá lugar el próximo Jueves a las 19.30 hs, en el salón de actos del Centro Cultural Puertas de Castilla. El taller, por su parte, se realizará en la sede de la Asociación de Empresas de Economía Social de la Región de Murcia (AMUSAL), entre el Viernes de 16.30 a 20.30 horas y el Sábado de 9.30 a 13.30 hs. Las inscripciones, con plazas limitadas, pueden hacerse a través de la web de reGenera 'http://www.regeneraconsciencia.org'.

Álvarez, que fue consejero director general de la Bolsa de Valencia y vicepresidente de la Bolsa de París, hablará de por qué es necesario cambiar el modelo actual y, para ello, detallará los resortes del sistema actual y sus características principales, que él resume en la búsqueda de un crecimiento "por encima de todo", y "el uso del dinero por el dinero y no como herramienta para generar bienestar".

Álvarez remarca que este modelo se ha implantado gracias, en parte, a la educación que se imparte a la población y a que se inculca la idea de que "seremos más felices cuanto más dinero tengamos". Además, se instruye bajo el concepto de que las empresas "tienen que crecer a toda costa" y que nosotros "debemos conseguir el mejor salario posible, tener tres casas y el último modelo de coche", asevera.

En este sentido, lamenta que el crecimiento "se mide solamente por el dinero", como prueba el hecho de que el principal indicador para medir este concepto es el Producto Interior Bruto (PIB), que mide la riqueza 'per capita'.

En cambio, critica que el PIB "no indica si este país es una democracia o una dictadura, ni revela si ese Estado utiliza mano de obra explotada, o si se remunera de la misma forma a un hombre y a una mujer para un mismo puesto de trabajo".

Asimismo, lamenta que el beneficio empresarial "también se mide por dinero, y no por el bienestar que hay en la compañía, por la transparencia de la misma, o por el hecho de que se pueda emplear mano de obra infantil explotada en países terceros", mientras que la competencia consiste en acabar a toda costa con otras empresas.

Álvarez también pone de relieve que lo necesario para hacer que el sistema funcione son los recortes, que con anterioridad se obtenían a través de las guerras, destruyendo cosas y reconstruyendo a continuación, provocando la consiguiente bajada y subida de la economía.

En este sentido, Álvarez celebra que la última crisis económica ha contribuido a que la población tome conciencia de que, efectivamente, el modelo actual ha aumentado al diferencia entre los que tienen más dinero y los que menos tienen.

En su conferencia, Álvarez también hablará del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Mundial o de la OCDE, que son organismos "que sostienen el modelo", pero que implican una reflexión sobre el fin para el que se crearon y la labor que están llevando a cabo.

Por ejemplo, recuerda que el FMI fue creado en 1944 y entre sus funciones se encontraba "evitar crisis financieras", tal y como indica todavía su página web; ayudar a los países en desarrollo; y erradicar la pobreza en el mundo, lo que pone en evidencia el fracaso en sus propósitos.

El cambio no implica una revolución

Álvarez considera que si la sociedad no cambia los principios del sistema actual, seguirá habiendo crisis. Para ir al "meollo de la cuestión", apuesta por cambiar el modelo, pero sostiene que esto no implica "llevar a cabo una revolución". Al contrario, recuerda que en el preámbulo de la Constitución española "está escrito que el objetivo es buscar el bien de los ciudadanos españoles".

Por tanto, de lo que se trata es de llevar estos preceptos a la práctica y, para ello, Álvarez apuesta por aplicar "valores" en los principios de la empresa, lo que recibe el nombre de Matriz del Bien Común.

Por ejemplo, llevar a la práctica estos planteamientos pasa por preguntarse si la empresa tiene un comportamiento correcto con el entorno social en el que se encuentra; si se reparten los beneficios empresariales de forma justa entre todos aquellos que hacen que la empresa exista, es decir, el empresario, el financiador y también los trabajadores.

Igualmente, se pregunta si existe transparencia en la empresa; si existe un pacto salarial y si se ha hablado de cuál es el salario mínimo decente. Además, plantea la posibilidad de reflexionar sobre la existencia de un salario máximo interprofesional, de la misma forma que existe un salario mínimo interprofesional.

Frente a la competencia empresarial, Álvarez propone modelos cooperativos que ya existen y que permiten hacer estructuras empresariales diferentes, obteniendo beneficios, creando empleo y beneficio en su entorno social. Este sistema, aclara, no implica renunciar a herramientas capitalistas.

Álvarez explica que la Economía del Bien Común consiste precisamente en aplicar estos valores a las empresas, todo ello "sin dar la espalda al uso del dinero", pero empleándolo como "herramienta para poder alcanzar el bienestar que todos pretendemos y que nuestros propios gobiernos dicen trabajar para alcanzar".

Este asesor financiero tampoco rechaza los beneficios financieros, sino que puntualiza que solo hay que saber el uso que se hace de ellos, y cuestionarse si se lo deben llevar solo unos pocos o si se deben reinvertir a mejorar las condiciones de la empresa y el entorno social de la compañía.

"Desgraciadamente", lamenta que estas buenas prácticas no se aplican por lo general, aunque ya hay en España empresas que las ejecutan y ONGs que también llevan a cabo experiencias como el comercio justo, desde antes incluso de que el economista austríaco Christian Felber acuñara el concepto de Economía del Bien Común.

Álvarez critica que el modelo económico actual está estructurado de arriba a abajo, y el modelo de Economía del Bien Común está planteado al revés: la célula inicial del sistema es la empresa y se pide a las administraciones públicas, como los ayuntamientos, que reflexionen sobre el tratamiento que dan a estas compañías, primando que dan bienestar.

Por lo tanto, sostiene que los cambios normativos vendrán dados por el hecho de que el modelo se ha construido desde la base, poco a poco, y no hay ninguna pretensión de obligar a nadie a hacer nada, pero sí poniendo sobre la mesa "un cierto número de valores que debe de ser compartido". De hecho, en España ya hay 17 ayuntamientos que están ejecutando estas prácticas.

El movimiento está auspiciado a través de grupos creados en casi todas las principales ciudades españolas para difundir y animar a las empresas a hacer el ejercicio, con la colaboración de universidades y catedráticos universitarios. En la Región de Murcia, este movimiento está auspiciado por Asociación ReGenera Consciencia de Cambio.

Desde 1971 hasta 1995, Álvarez trabajó en la Bolsa de París, de la cual llegó a ser Vicepresidente. En 1995 regresó a España para ser Consejero-Director de la Bolsa de Valencia hasta el año 2000. En la actualidad preside 'ÉTICA Familiy Office', es autor de 'No le digas a mi madre que trabajo en Bolsa' y coautor de 'Adiós peseta', publicadas por Alianza Editorial. Asimismo, es autor de 'La bolsa en tu bolsillo', publicada por la Editorial Almuzara.

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