El coreógrafo y bailarín Ángel Corella realiza junto a su compañía un viaje al Nueva Orleans de la década de los 20 a ritmo de lindy hop en 'Bourbon Street', su último estreno mundial que se pondrá en escena desde hoy y hasta el domingo en el teatro Calderón de Valladolid.

Hecho a medida de la compañía, el lindy pop protagoniza esta pieza, ambientada en un restaurante con sillas, mesas e iluminación que transportarán al público un siglo atrás con la música en directo de la orquesta New Orleans Pussycats.

'Old fashion love', 'Washboard Weegles', 'Blue Island Blues', 'Crooning the Blues', 'Lady Love', 'Panama' y 'Sing, sing, sing' conforman las escenas de la pieza, que se estrena mundialmente en Valladolid y que comienza con una escena de gangster a la que siguen, entre otros, la aparición de un limpiabotas y un 'striptease'.

Este ballet, creado por Corella y Russell Ducker, se acompaña en el programa que se puede ver este fin de semana en Valladolid por el clásico 'String Sextet', de Tchaikovski, una pieza "muy clásica" reelaborada para la ocasión y que será interpretada por cuatro parejas.

El propio Corella protagoniza, tras la propuesta que hace más visible su carácter de compañía clásica, 'D'Casta', una obra clásica con sabor flamenco creada por el bailarín y coreógrafo y con música de Jerónimo Maeso, a la que seguirá en la primera parte el estreno nacional de 'Sombras Ajenas', de Kirill Radev con música de Yuri Sbdokov.

Tres bailarines protagonizan esta pieza, de carácter "más neoclásico" y con movimientos "más plásticos y terrenales" a la que sigue el paso a dos 'Built to fall apart', de Russell Ducker, un encuentro entre un hombre y una mujer con música de Danid Kanaack, quien emplea elementos de la calle para su interpretación.

La compañía de Corella, "encantada" de volver al teatro Calderón de Valladolid, desde el que viajará al Tívoli Barcelona y de allí, al resto de Cataluña y España, apuesta en esta ocasión por un repertorio que contempla gran variedad de géneros musicales y que responde, según ha reconocido el bailarín, a la imposibilidad de afrontar programas cien por cien clásicos por el coste que supone mantener una compañía de 70 bailarines.

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La espera de la oferta que le lleve al extranjero

El coreógrafo ya sabe lo que es tener a su cargo una formación así ya que en 2008 fundó el Corella Ballet Castilla y León, con sede en La Granja (Segovia), que en 2012 se trasladó a Barcelona y que, ya disuelta, cuenta ahora únicamente con los bailarines principales y solistas de aquel primer proyecto.

Pese a las vicisitudes por las que ha atravesado la compañía, Corella ha confesado este viernes sentirse "muy bien" después de haber aceptado que la apuesta por la danza "no es primordial" en España; de este modo y mientras participa como jurado en un conocido programa de televisión, espera la llegada de una oferta que responda a sus deseos profesionales pero también de residencia.

Las tres o cuatro ofertas de compañías recibidas no satisfacen de momento los deseos del coreógrafo, quien se reconoce "lleno", además de "contento, feliz y relajado" por los proyectos en los que trabaja en la actualidad. "Ahora no merece la pena volver para atrás, hay que mirar al futuro", ha aseverado.

Ángel Corella se ha referido también, como lo ha hecho en otras ocasiones, a la situación por la que atraviesa la danza en España, que a su juicio está "muy olvidada" cuando debería convertirse en una apuesta del Gobierno central para que los proyectos que se inician en las autonomías tuvieran éxito.

Tras señalar que en España el deporte ha sido el protagonista de la apuesta gubernamental, razón por la que el país cuenta con los mejores deportistas del mundo en muchas disciplinas, el bailarín ha explicado que una mayor inversión en arte daría como fruto más artistas y menos necesidad de tener que completar la formación en el extranjero, como ocurre en la actualidad.

El papel de los espacios culturales es también relevante en este campo ya que, según ha defendido, en ocasiones es "más caro" traer a compañías extranjeras en vez de crear agrupaciones vinculadas a su identidad.

La subida del IVA cultural, una ley de Mecenazgo "inexistente" y los "recortes" en la materia no ayudan a sacar adelante un sector que en Francia o Alemania ha recibido mayores apoyos en la actual coyuntura, que responde a una crisis "de valores" y no únicamente económica.