La prohibición de hablar por teléfono abordo del autobús es una norma que no es nueva, pero que casi nadie conoce ni respeta. Lo sorprendente es la causa: las ondas que emiten los móviles pueden interferir en los ordenadores de de los vehículos, que son de la firma Man o Mercedes. En estos aparatos se pueden producir fallos o averías, según Subús.
Una lectora de 20 minutos alertó ayer sobre este peligro, que le explicaron en la oficina del TAM.
La misma fuente asegura que la prohibición se anuncia en los buses mediante una placa en la parte delantera, que los viajeros prácticamente no ven, pues están pendientes de pagar el billete y no hay más advertencias en el interior del autobús.
Algunos chóferes de Masatusa corroboraron ayer que, aunque en teoría, las ondas de los móviles pueden interferir en los sistemas eléctricos, en la práctica «no perjudica en absoluto», aunque ralentiza la subida de pasajeros y el pago del billete. Los trabajadores aseguran que no han notado interferencias de ningún tipo en los vehículos.
Además, esta misma señora se queja de que los conductores hablan con los pasajeros o con otros compañeros e infringen así la norma que se lo prohíbe.
«Es necesario hablar con los viajeros para atender sus dudas, pues de lo contrario presentarían quejas contra nosotros», dicen los conductores. «Si fuera por nosotros, nos encerraríamos en una urna», dicen.
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