Muñecas hinchables iluminadas y mudas para protestar contra la reforma de la ley del aborto

  • El colectivo madrileño Luzinterruptus denuncia con la acción callejera que los derechos de la mujer "están siendo pisoteados".
  • En 'Derechos que pisotear' amontonaron frente al Ministerio de Justicia varias muñecas hinchables en una manifestación silenciosa que duró dos horas.
  • Los artistas las recogieron "para no dejar los alrededores del Ministerio llenos de plástico" y ahora quieren repartirlas.
Las muñecas hinchables de Luzinterruptus
Las muñecas hinchables de Luzinterruptus
Gustavo Sanabria
Las muñecas hinchables de Luzinterruptus

De expresión perpleja y con dos trozos cruzados de cinta americana negra cubriéndoles la boca, las muñecas hinchables permanecen extrañamente iluminadas por dentro y tiradas en la calle adoquinada, en los alrededores del Ministerio de Justicia, en el centro de Madrid. La última acción artística de Luzinterruptus simboliza cómo los derechos de la mujer "están siendo pisoteados por los políticos y los legisladores".

Con la luz como elemento común, el colectivo —fundado en Madrid en 2008 por tres personas que prefieren permanecer en el anonimato— realiza acciones artísticas urbanas con mensajes poéticos, humorísticos o de denuncia. En este caso, con esta última intervención bautizada como Derechos que pisotear, protestan contra la nueva ley del aborto, ampliamente criticada por los partidos de la oposición, gobiernos de varios países de la UE, asociaciones de mujeres y colegiados médicos.

La reforma propuesta por el Ministro del Interior Alberto Ruíz Gallardón impide a la mujer abortar en caso de malformación del feto, elimina el derecho a interrumpir el embarazo sin alegar razones incluso antes de cumplir las 14 semanas de gestación y despenaliza el aborto únicamente en caso de violación o de riesgo para la salud de la madre. El colectivo interpreta que el gobierno pasa por encima del derecho de decisión de las mujeres como personas adultas e independientes y ha decidido salir a la calle para manifestarse con su característico lenguaje de luces eligiendo la muñeca hinchable, interpretable como un símbolo de sumisión.

Una instalación efímera

"No contentos con hacer desaparecer los derechos de los trabajadores y de los ciudadanos; con dejar la educación y la salud bajo mínimos y los impuestos en máximos históricos, ahora pretenden decidir sobre los derechos fundamentales de la mujer, reduciendo las posibilidades de abortar a prácticamente inexistentes", declara el colectivo en su página web.

Como casi todas las acciones de Luzinterruptus, Derechos que pisotear fue efímera. Las muñecas permanecieron en el suelo (listas para que las pisaran los peatones o pasaran por encima de ellas los coches) a modo de protesta luminosa durante dos horas. Después los artistas las recogieron "para no dejar los alrededores del Ministerio llenos de plástico". Ahora quieren repartirlas y animan a "todo el que las quiera adoptar" a ponerse en contacto con ellos.

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