«Y el mejor lugar para comerlo está en las casas de familia. No tiene nada que ver con los restaurantes». Khadyja cree que no es difícil, en Marruecos, conseguir que algún lugareño te invite a su casa. «Aquí la gente es muy distinta. Allí hay mucha calidez y quizá estás comprando en una tienda y en un rato quien te atiende te ha invitado a su casa. No es nada raro, ni hacerlo ni aceptar». La mejor manera de caer bien en Marruecos es, según ella, intentar hablar al menos alguna palabra en árabe. «Nos encanta», dice Khadyja. Para saludar se dice salam alikam y la respuesta es al revés: alikam salam. Khadyja vive hace tiempo en Madrid, pero viaja a menudo a su país. El pueblo que más le gusta es Saouira, en la costa. Tanto para ir allí como para visitar cualquier lugar de Marruecos, Khadyja recomienda no ir a hoteles. «Lo mejor es ir a los riad. Son casas muy antiguas, con patios interiores y un poco más caras, pero mejores que los hoteles». Aunque no hay en Madrid, se puede encontrar una guía de riads nada más llegar a Marruecos.