El consumo doméstico de agua es "sensiblemente menor" ahora que en la última gran sequía, según estudio de US

Coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Agua, el 22 de marzo, un estudio del grupo de investigación 'Applied Economics & Management' de la Universidad de Sevilla (US) analiza los profundos cambios que se han dado en el consumo de agua de los sevillanos, hacia un modelo mucho más sostenible.
La profesora de la US Lourdes López Valpuesta
La profesora de la US Lourdes López Valpuesta
EUROPA PRESS/UNIVERSIDAD DE SEVILLA
La profesora de la US Lourdes López Valpuesta

Coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Agua, el 22 de marzo, un estudio del grupo de investigación 'Applied Economics & Management' de la Universidad de Sevilla (US) analiza los profundos cambios que se han dado en el consumo de agua de los sevillanos, hacia un modelo mucho más sostenible.

De hecho, según ha indicado en una nota la Hispalense, se estudian los factores que explicarían que actualmente el consumo doméstico 'per cápita' sea "sensiblemente inferior" a los mínimos que se alcanzaron en la última gran sequía de 1992 a 1995, años en los que las reservas de agua llegaron a estar en torno a un más que alarmante 7 por ciento y donde los cortes de agua condicionaban un obligado menor consumo.

Según la profesora Lourdes López Valpuesta, "a diferencia de lo que pudiera parecer a priori, estos resultados, con unos cambios de hábitos tan sorprendentes, poco tienen que ver con las frecuentes sequías o problemas de abastecimiento que ha sufrido nuestra ciudad".

Este trabajo, publicado por la revista de referencia internacional 'Applied Economics', afirma que los sevillanos son bastante insensibles en su consumo a la disminución de las reservas de agua y que sólo cuando el Ayuntamiento toma medidas drásticas, dictando, por ejemplo, el Bando de Sequía, es cuando empiezan a bajar su consumo, aunque la experiencia de la citada sequía o de los problemas que tuvo la ciudad en la década pasada (2000, 2005-2006 y 2009) muestran que el consumo se vuelve a disparar rápidamente al pasar la situación de alarma.

En cambio, comenta la investigadora, este análisis muestra que la sociedad sevillana sí responde de forma eficiente, y con carácter más permanente, a un buen sistema de incentivos, como la política de individualización de contadores, que se ha mantenido fuera de la pugna política, y que por tanto ha conseguido la necesaria estabilidad a largo plazo. De hecho, la política de individualización de contadores, tanto en vivienda nueva como ya construida, se inició en los últimos años de la alcaldesa Soledad Becerril, teniendo su posterior desarrollo con el alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín, durante cuyos mandatos se complementó con cambios en las políticas tarifarias.

Con estos cambios se mejoró la progresividad, implantando la facturación según el número de personas que realmente están empadronadas en la vivienda. De acuerdo con los resultados del estudio, esta segunda medida mejoró el efecto singular que obtenía la individualización de contadores.

Según la investigadora, "la clave está en responsabilizar a cada ciudadano de su consumo". Se trata del mismo principio que todo hostelero conoce bien, que un grupo de personas consume de media significativamente más de lo que consumiría cada uno de los individuos que lo conforma si estuviera solo. "La explicación no es compleja, en un grupo de seis amigos que pagan de forma conjunta, el incentivo a pedir, por ejemplo, una bebida adicional podría estar influido por el hecho de que el que la pide sólo tendrá que pagar al final la sexta parte del precio de la misma, al resto le invitan sus amigos", remarca.

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