La belleza esquemática de la poética cartelería japonesa

  • El póster japonés, aunque con fines comerciales como el occidental, siempre ha buscado regalar un momento de belleza al espectador con un lenguaje sensual.
  • Sólo tras la II Guerra Mundial el país experimentó una apertura cultural que impulsó la innovación y la popularidad del diseño de carteles.
  • Una exposición repasa 60 años de diseño gráfico de cartelería nipona y rinde homenaje a grandes autores nacionales.
Cartel de 1988 de Kazumasa Nagai (1929), una de las grandes figuras del diseño gráfico japonés
Cartel de 1988 de Kazumasa Nagai (1929), una de las grandes figuras del diseño gráfico japonés
© Kazumasa Nagai - Museum für Gestaltung Zürich, Poster Collection
Cartel de 1988 de Kazumasa Nagai (1929), una de las grandes figuras del diseño gráfico japonés

Sobriedad, simetría, objetos tan descriptivos de la cultura japonesa como las geta (sandalias de madera) o las máscaras de teatro kabuki. Los carteles japoneses obedecen a normas diferentes aunque su fin sea promocionar un evento o vender un producto. Los diseñadores apuestan por una sensualidad poética y un mensaje místico que conmueven y regalan al espectador un momento de belleza.

Con una recopilación de 300 carteles que repasan 60 años de diseño, la exposición Japanische Plakatkünstler. Kirschblüten und Askese (Artistas de carteles japoneses. Cerezos en flor y ascetismo) —en cartel hasta el 25 de mayo en el Museum für Gestaltung de Zúrich (Suiza)— celebra los 150 años de relaciones diplomáticas entre los dos países.

La muestra arroja luz sobre las diferencias entre la cartelería japonesa y la occidental. El póster nipón tiene más que ver con las exigencias del mercado del arte y muchos de los diseñadores apuestan en sus comienzos por hacerse un nombre creando por iniciativa propia este tipo de obras publicitarias para exposiciones y festivales.

La necesidad de mirar hacia atrás

Sólo al terminar la II Guerra Mundial los creadores entraron en contacto con el diseño de carteles de Occidente. El despegue económico que vivió el país en los años cincuenta se tradujo en una apertura cultural: se fundaron asociaciones de diseñadores gráficos que promovieron la producción de carteles con exposiciones y publicaciones; las industrias del papel y de la tinta y las imprentas proporcionaron en las siguientes décadas una calidad excelente en los resultados técnicos.

Mientras el país se industrializaba y se erigía como una potencia tecnológica; los artistas sin embargo sintieron la necesidad de mirar hacia atrás y buscar referencias en las tradiciones. La filosofía, la religión y el sentir nacional se tradujeron en características visuales como la preferencia por las dos dimensiones, la claridad, una sencillez casi abstracta, la preferencia por las dos dimensiones, la sutileza en la iluminación y el color...

La exposición presenta la diversidad temática y estilística de las obras dentro de esos parámetros y rinde homenaje en particular a tres grandes figuras del diseño: Shigeo Fukuda (1932-2009), también escultor, se hizo famoso en los años sesenta por incluir en sus obras ilusiones ópticas. Kazumasa Nagai (1929) destaca por su gran producción de imágenes abstractas y una amplia serie de ilustraciones de animales. Ikko Tanaka (1930-2002) desarrolló un estilo tan esquemático que acercaba cualquier motivo al lenguaje corporativo del logotipo.

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