Tuve la suerte de encontrar mi primer trabajo donde más feliz podía ser: en una tienda de bisutería y ropa hippie», recuerda la ahora presentadora de un concurso televisivo.«Estaba estudiando COU y aproveché mis vacaciones de verano en Salou para ganar mi primer dinerillo como dependienta. Aprendí muchísimo de la encargada, que aún me quiere un montón; iba siempre monísima con mis collares y hablaba sin parar con los clientes. Siempre he sido una relaciones públicas... Ahorré ese sueldo para ayudar con los gastos en casa. Durante el curso daba clases particulares de EGB. Con lo que a mí me gustan los niños, al final, en vez de estudiar, estábamos todo el día de cachondeo».