Un total de 75 obras del Greco, llegadas de 31 ciudades de 11 países, se pondrán ver desde este viernes, día 14, en la exposición 'El Griego de Toledo. Pintor de lo invisible y lo invisible', que abre sus puertas en el Museo de Santa Cruz de la capital con la intención de presentar al pintor "como se merece", de tal forma que no sólo su obra sino también sus palabras colgarán de las paredes.

En la presentación de la muestra, que este viernes inaugurará la Reina Sofía, el presidente de la Fundación El Greco 2014, Gregorio Marañón, y el comisario de la misma, Fernando Marías, han aportado detalles de la exposición "más significativa que se ha hecho nunca sobre el Greco", que se complementará con las obras que albergan la Catedral, la iglesia de Santo Tomé, la capilla de San José, el Convento de Santo Domingo el Antiguo y el Hospital Tavera.

De esta forma, desde este viernes y hasta el 14 de junio, habrá en la ciudad 125 obras del pintor, contando las del Museo del Greco, que ha cedido 11 para esta exposición. Marañón ha agradecido la labor de los 45 prestatarios, del patrocinio privado —que ha aportado el 85 por ciento del presupuesto de la Fundación— de las diferentes instituciones colaboradoras, especialmente el Ministerio, el Gobierno regional, el Ayuntamiento de Toledo y el Arzobispado.

'El Griego de Toledo', que ha costado en torno a los 2 millones de euros, aunque parte de su contenido se verá también en 'El Greco: arte y oficio' (del 8 de septiembre al 9 de diciembre), recoge cuadros de grandes museos del mundo a los que hubo que "convencer", según Marañón, para que pospusieran su propia celebración de este evento y así poder ceder sus cuadros, caso del Metropolitan Museum of Art de Nueva York o de la National Gallery of Art de Washington D.C.

No obstante, la muestra estará totalmente completa el próximo miércoles, día 19, cuando se incorpore a la misma 'San Pedro y San Pablo', un óleo procedente del Hermitage Museum de San Petersburgo, cuyo traslado se ha visto afectado por problemas diplomáticos del Estado ruso, y que se sumará a la "pareja" de San Pedro y San Pablo procedentes del Museo Nacional de Arte de Cataluña y al San Pablo de una colección privada madrileña.

"colores que nos comen"

El comisario de la muestra, por su parte, ha incidido en que con ella trata de aproximarse al Greco con la visión actual que es "muy distinta" a la que había antes sobre él. "Hasta 1970 los grecos eran en blanco y negro" y ahora "los colores del Greco nos comen", ha especificado para intentar presentar qué es lo que verá el espectador en esta muestra donde se ha tratado de "darle la palabra la artista", también en un sentido literal, gracias a los textos escritos de su propio puño y que se verán por las paredes del Museo Santa Cruz.

Precisamente, a la hora de plantear la muestra se ha tenido en cuenta la propia arquitectura de este Museo, dividiéndola en cuatro secciones. En la primera de ellas se muestra al pintor y a su ciudad de adopción, de tal forma que la primera imagen del visitante es la del cuadro 'Vista y plano de Toledo'. En esta parte también se verán obras de su primera época, con cuadros religiosos, tablas venecianas y lienzos.

En este apartado se encuentra 'La dormición de la virgen', un temple sobre tabla que habrá que "devolver antes" y que ha costado traer desde la iglesia de la Kiomésis de Syros. De hecho, según ha indicado Marañón, "ha habido que movilizar al servicio diplomático español" para lograr que figure en la exposición y el "éxito final", según una carta recibida por la Fundación, se ha debido al hecho "de tener a doña Sofía como reina de España". El cuadro estará arropado este viernes en la inauguración por una representación presidida por el arzobispo de la iglesia griega y cuatro acompañantes.

A continuación, en el brazo norte de la cruz griega del Museo, se podrán apreciar obras que aportan una "visión tradicional" del Greco, con pinturas de menor formato que se colocaban en casas privadas o pequeñas capillas. Marías ha destacado que en estas obras se evidencia que el griego es "un excelente pintor que disfruta pintando cosas bellas" incluso "en contra de los criterios de la iglesia de la época que le tocó vivir".

En el brazo del fondo del Museo de Santa Cruz se ve al Greco "de las instalaciones multimedia" con trabajos lucrativos que le permitían diseñar arquitecturas, "controlar" la luz de los edificios o la escenografía. Aquí se evidencia, a juicio del comisario de la muestra, que el Greco, con su "idea de crear mundos que no se han visto hasta la fecha", era un pintor "radicalmente moderno".

Finalmente, el visitante podrá apreciar al "gran inventor" y al pintor que lo hace para "disfrute del ojo" utilizando "los mimbres de la visión de la realidad para pintar lo invisible". "No era un Greco místico, sino real", ha especificado Fernando Marías, convencido de que el cretense "no era pintor esquizofrénico" porque no cambió ni su estilo ni su intensidad sino que fue "fusionando".

Grecos que no pudieron ser

El montaje de 'El Griego de Toledo' ha dejado varias "espinas" en sus ideólogos como 'La Asunción de la Virgen' que se conserva en Chicago —una copia se muestra en el convento de Santo Domingo el Antiguo—, un retrato del hermano del pintor que se encuentra en el Norton Simon Museum de Pasadena (California), o un retrato de cuerpo entero de Vicenzo Anastagi que está en la Frick Collection de Nueva York.

Una de las obras que aunque podrá "parecer pequeña" pero que "ha costado muchas conservaciones y muchas buenas palabras" es el 'Tríptico de Módena', un temple sobre tabla que se encuentra en la Galleria Estense de Módena y que tras ser recientemente robado y recuperado figuraba en las listas del Estado italiano como "inexportable".

Tanto Marañón como Marías han destacado el trabajo de restauración realizado por Rafael Alonso y María Moraleda, que sí han tenido ocasión de "llegar hasta el final de los lienzos", y a todos los que han posibilitado que los grecos estén en esta muestra, que se ha hecho sin entrar "en el mercadeo de compensaciones económicas" que "hoy está muy de moda". Salvo un caso de una fundación española, las respuestas "han sido extremadamente generosas".

Finalmente, Marías ha admitido que no existe un catálogo exacto sobre obras del Greco aunque uno de los más fiables es el de Harold Edwin Wethey, que sitúa la cifra en torno a las 300, y sobre los restos del pintor ha explicado que, aunque durante cuatro años estuvo enterrado en el convento de Santo Domingo el Antiguo de Toledo, después se llevaron sus huesos de allí a la iglesia de San Torcuato de la ciudad, que fue demolida, de tal forma que sus restos, "como los de Velázquez o Cervantes, no están".