La flota del cerco marca un pleno bronco por los reproches de Gobierno y oposición sobre su problemática

PSdeG, BNG y AGE denuncian la actuación policial y la conselleira de Traballo califica el encierro de "tentativa de asalto al Parlamento"

La situación de la flota del cerco, con unos 120 barcos paralizados por falta de cuota de caballa y jurel para pescar, ha marcado el desarrollo de la sesión plenaria, que ha vivido momentos broncos por los reproches de Gobierno y oposición al respecto de la problemática de este sector y por la actuación policial en la manifestación.

Después de que representantes de los marineros del cerco protagonizasen un encierro este martes en una de las salas del Pazo do Hórreo, el cual ha sido calificado por la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, como un "intento de asalto" a la Cámara gallega, este miércoles se han sucedido los reproches de los grupos de la oposición por "mallar" a los marineros, que, insistieron, lo único que hacían era pedir "el pan para sus hijos".

El encierro del martes provocó que los grupos de la oposición no interviniesen más en el pleno por la tarde hasta lograr un acuerdo que satisficiese a los pescadores, que piden reabrir las negociaciones y otro reparto de la cuota, lo cual dejó sin oponentes, a su vez, a la conselleira de Traballo en su comparecencia para explicar el plan de empleo juvenil.

Los marineros abandonaron la sede del Legislativo tras obtener el compromiso de que podrían volver al día siguiente para negociar con los grupos y el Gobierno, pero la espera, ya este miércoles, hasta que se confirmó ese diálogo, fue calificada por el diputado de AGE Juan Manuel Fajardo de "secuestro exprés", toda vez que no se dejaba entrar a nadie que no fuese un diputado a la sala en donde permanecían los representantes del cerco.

"Lo que ocurrió no fue un secuestro, sino una tentativa de asalto al Parlamento", acusó en respuesta al parlamentario la titular de Traballo e Benestar, quien también lo extendió a los "alcaldes y aquellos que los amparaban", a propósito de la protesta (el martes) de regidores socialistas y nacionalistas en contra de la subida del canon de Sogama, con sus líderes José Ramón Besteiro (PSdeG) y Xavier Vence (BNG) a la cabeza.

"la gente tiene que gritar"

Al margen de este enfrentamiento dialéctico entre el parlamentario de Alternativa y la titular de Traballo, las intervenciones de los distintos diputados a lo largo de la mañana de este miércoles incluyeron alguna referencia a la protesta de los marineros del cerco, a la carga policial o al encierro en el Parlamento.

El primero fue Antón Sánchez, de AGE, quien aprovechó el uso de la tribuna en defensa de un recurso contra la reforma energética para advertir a los populares de que "la gente tiene que gritar para que se les escuche".

A renglón seguido, el socialista Abel Losada —al igual que después su compañero de escaño Manel Gallego— ha hablado del "daño" a la política que causan las "mentiras" del presidente en sede parlamentaria, toda vez que Feijóo negó que la Xunta hubiese "firmado nada" relativo al reparto de cuota y el PSdeG lo desmintió con las actas de una reunión en Madrid.

A la "inacción" del Ejecutivo se ha referido Carme Adán (BNG) con una cita de Castelao: 'As sardiñas volverían se os Gobernos quixesen' —'Las sardinas volverían si los gobiernos quisiesen'—. "¡El problema es que no quieren!", ha sentenciado.

"no están pidiendo sobres"

Una iniciativa posterior relativa a la situación de los autónomos dio pie también a la diputada del BNG Montse Prado para reprochar que una representación de los marineros seguía en una sala de la Cámara esperando para ser recibida. "Están pidiendo trabajar para comer, no están pidiendo sobres", recalcaba.

Esta alusión a la financiación del PPdeG y sus críticas a que a las 12,00 horas "nadie" les había dicho todavía "ni buenos días" le valieron una reprobación del vicepresidente del Parlamento, Miguel Santalices, a quien la nacionalista acusó de haber prometido a los marineros que la Xunta se reuniría con ellos como "maniobra de distracción".

La siguiente en tomar la palabra, Consuelo Martínez (AGE) también incidió en que "los marineros no son basura, sino ciudadanos" a los que el PP "también tiene que representar". En la misma línea, María Quintas, del PSOE, instó al Gobierno gallego a tener "la deferencia de recibirlos" en lugar de "tirarles pelotas de goma", lo que le costó una llamada al orden.

Ante estas afirmaciones, el diputado popular Miguel Tellado anunció que habría una reunión a primera hora de la tarde —de la que los pescadores se levantaron ante la presencia de la conselleira do Mar, Rosa Quintana— y se defendió de las acusaciones alegando que "hay dos partes en el conflicto y el PP abogó siempre por el diálogo".

"hay dos partes"

Su respuesta dio pie a Prado para ratificar que, efectivamente, "hay dos partes". "La que padece las decisiones que ustedes toman y que cada mes no lleva ni un euro a casa y su parte, en la que hay una conselleira inactiva, un Gobierno y una Unión Europea que toma decisiones que están perjudicando al sector del cerco", espetó a la bancada del PP.

En la misma línea, en su turno de cierre del debate, incidió en que "esa parte" también está "intentando la división" entre los marineros para "jugar al escaqueo detrás de unos teóricos representantes del sector" que les dan su apoyo.

"derechos humanos"

Otra diputada que también sacó a colación el conflicto de la flota del cerco fue la socialista Beatriz Sestayo, quien, en el marco de un debate sobre la estructura administrativa del Estado, advirtió al PP de que "la marca España que está exportando tiene forma de pelotas de goma".

"No conseguirán amordazar la desesperación, así que les aconsejo que vuelvan al respeto a la ciudadanía y a los derechos humanos, algo que parece que se les está olvidando", sentenció, entre aplausos de los distintos grupos de la oposición.

El presidente no menciona los disturbios

La sesión de control al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tampoco pasó por alto la polémica, de manera que el portavoz parlamentario socialista, José Luis Méndez Romeu, preguntó al mandatario autonómico: "¿De verdad cree que estaban 3.000 ciudadanos en las calles de Santiago para ser apaleados porque no tienen nada mejor que hacer?".

El jefe del Ejecutivo gallego, que ligó los problemas del sector del cerco a la "pésima gestión del PSOE" en Madrid en la época de José Luis Rodríguez Zapatero, reiteró la oferta de "diálogo" de la Xunta con el cerco, pero no hizo mención a los disturbios, pese a que, además de Méndez Romeu, también Francisco Jorquera y Yolanda Díaz le recriminaron la actuación policial.

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