Retrospectiva de Emil Nolde, el brillante expresionista que salió escaldado de la experiencia nazi

  • El pintor alemán, uno de los autores más destacados del expresionismo, revolucionó con sus obras el tratamiento del color en la pintura.
  • Frankfurt dedica al artista (lleno de aristas y contradicciones ideológicas) la primera retrospectiva en Alemania en 25 años.
  • Nolde apoyó al Partido Nazi desde el principio, pero Hitler lo rechazó e incluyó en 1937 en la exposición de 'Arte degenerado'.
'La Señora T. con un collar rojo' (1930), acuarela de Nolde incluida en la retrospectiva
'La Señora T. con un collar rojo' (1930), acuarela de Nolde incluida en la retrospectiva
Emil Nolde - © Nolde Stiftung Seebüll
'La Señora T. con un collar rojo' (1930), acuarela de Nolde incluida en la retrospectiva

Se refería a su lugar de orígen como "un paraíso de mar a mar". La localidad fronteriza alemana que desde 1920 pasó a ser danesa, era el gran amor artístico del pintor Emil Hansen: su devoción por el terruño era tal que incluso cambió su apellido por el de Nolde, el topónimo del idílico pueblo.

El color en las pinturas de Emil Nolde (1867-1956) es abrumador, los paisajes figuran como masas de tonalidades que se funden turbulentas, las escenas y los retratos son manchas dominadas por un dibujo que sin embargo apenas parece existir. A pesar de la admiración que despertó en sus coetáneos expresionistas, Nolde era introvertido y algo huraño y (a pesar de pertenecer brevemente al movimiento expresionista Die Brücke) no socializó ni compartió teorías artísticas con los demás, receloso de que le copiaran, hostil ante la idea de entrar a formar parte de un grupo de gente de la que en realidad sospechaba.

Hay una gran contradicción entre el arte y la persona. El estilo rompedor de sus vibrantes obras contrasta con la admiración que desde el principio sintió por el nazismo, detractor de cualquier corriente artística vanguardista. Nolde fue simpatizante de Hitler desde los años veinte y se hizo socio de la facción danesa del Partido Nazi. Consideraba el expresionismo un estilo puramente alemán, algo en lo que no coincidió con sus héroes: a pesar de los intentos de Nolde por agradar al régimen, sus cuadros fueron ridiculizados y vetados en la exposición de arte degenerado de 1937. Le prohibieron pintar definitivamente, incluso en privado, en 1941.

'Primavera en la habitación', 'La vida de Cristo'...

Emil Nolde - Retrospektive (Emil Nolde - Retrospectiva) —en el Museo Städel de Frankfurt hasta el 15 de junio— es la primera muestra exhaustiva del pintor en Alemania desde hace 25 años, a pesar de que sus trabajos son indispensables en cualquier muestra colectiva que se precie sobre el expresionismo. Referirse en profundidad a las aristas de Nolde es mucho más complejo que examinar el exilio en desbandada de las figuras más importantes del panorama artístico e intelectual alemán de la época.

En la selección de 140 obras hay imprescindibles como Primavera en la habitación (1904), el monumental retablo La vida de Cristo (1911-12) o Bailarinas entre las velas (1912); pero también pinturas y acuarelas que nunca se habían visto fuera de Seebüll, la localidad alemana —a un kilómetro de la frontera danesa— en la que se estableció el artista en los años veinte y donde se encuentra ahora el Museo Emil Nolde.

Paisajes expresionistas, escenas nocturnas de Berlín (donde retrató entre 1910 y 1911 la vida nocturna de la gran ciudad), motivos exóticos de los Mares del Sur (a donde viajó en una expedición colonialista alemana a Nueva Guinea), representaciones religiosas... El conjunto demuestra en doce secciones temáticas la versatilidad del artista y su capacidad para adaptarse a escenarios muy diferentes. La exposición presta especial atención a los trabajos tempranos y tardíos, a menudo pasados por alto, y arroja luz sobre los experimentos que realizó Nolde para al final lograr el estilo característico que define sus piezas más conocidas.

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