La siguiente etapa nos lleva a Brno, situada a mitad de camino entre Praga, Viena y Budapest. Esta ciudad estudiantil se caracteriza por su espectacular castillo de Špilberk y rivaliza con la capital  en vida cultural, entre otras cosas. Como las grandes poblaciones de todo el país, es un lugar de contrastes, donde plazas barrocas conviven con los monumentales edificios de la etapa socialista.

Para los amantes de los jardines, la mejor visita será la del complejo de Lednice-Valtice, unos antiguos latifundios convertidos en un gran parque de estilo inglés, reconocido por la Unesco. Terminamos el recorrido en Mikulov, en la frontera con Austria, una pequeña población conocida como el jardín de Moravia, rodeada de fértiles valles plagados de frutales y viñedos.

Al  modo tradicional

Los más curiosos no pueden perderse Valaquia, una ondulante región cubierta de bosques y situada muy cerca de Eslovaquia, que ha conservado su arquitectura popular de madera y su estilo de vida tradicional. Es también famoso el museo al aire libre o Escansen en Rožnov pod Radhoštem, que reconstruye un pueblo entero y donde el visitante podrá degustar la rica cerveza checa de fabricación casera. Muy cerca se encuentran los montes Jeseníky, ideales para el senderismo, el cicloturismo o el parapente, además de numerosos balnearios.