Tres policías nacionales del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona han sido juzgados este martes por una falta de injurias y otra de maltrato de obra a un interno de 19 años, con problemas de salud mental, que les denunció por haberle agredido a raíz de un altercado en el comedor.

En el juzgado de instrucción número 21 de Barcelona se ha celebrado este martes el primer juicio por una actuación policial en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Barcelona.

La Fiscalía ha pedido la absolución de los agentes al entender que el vídeo del incidente que la acusación particular ejercida por el interno ha aportado a la causa para acreditar la denuncia no demuestra que los policías golpearan al interno.

El joven, de 19 años y que sufre una cierta discapacidad mental que su abogado ha acreditado al juez mediante un certificado, denunció el pasado 6 de febrero a los tres policías por haberle golpeado cuando se quejó de que le intentaran retirar la bandeja de la comida, tras haber agotado la hora y media que los reclusos del CIE disponen para almorzar.

A su vez, los policías, uno de ellos sargento, han presentado denuncia contra el interno, de nacionalidad marroquí y para quien la fiscal ha pedido una multa de 50 euros por desobediencia a los policías, tras insistir en que el vídeo demuestra que el denunciante se lesionó durante su "acción de resistencia" y no por la actuación policial.

Por su parte, el letrado Andrés García, abogado del interno, ha pedido que se condene a los agentes a una multa de 80 euros por maltrato de obra y a otra de 160 por injurias a su cliente, al que asegura también insultaron mientras le pegaban, así como una indemnización de otros 30 euros.

En su declaración en el juicio, el interno ha explicado que el incidente comenzó cuando los agentes le conminaron a abandonar la mesa del comedor por haber transcurrido el plazo de que los reclusos disponen para almorzar.

El joven, que asegura tener problemas en las muelas que le obligan a masticar con lentitud, ha afirmado que se limitó a pedir a los policías que le dejaran "acabar de comer", ante lo que uno de los agentes reaccionó haciendo un gesto para retirarle la bandeja.

El interno sostiene que, al encararse a los policías, uno de ellos le propinó una patada y otro le golpeó con la porra y, cuando intentó plantarles cara, tres agentes se abalanzaron encima de él.

Por su parte, los tres policías han mantenido que el interno les insultó cuando le advirtieron que debía abandonar el comedor y, posteriormente, se giró hacia ellos y les propinó dos puñetazos que les causaron heridas de dos días de curación.